La III Copa Mundial de Fútbol se desarrolló en Francia entre el 4 y el 19 de junio de 1938. El campeón fue Italia, siendo el primer país en lograr el bicampeonato, tras imponerse a Hungría en la final por 4:2.Este torneo es caracterizado como el último gran evento previo a la Segunda Guerra Mundial. Durante la realización de la Copa Mundial, existe muchos hechos que se presentan como adelantos de la situación tensa que vivirá el mundo a partir del año siguiente. Jules Rimet, creador del torneo, realizó todos los intentos para que su país natal organizara la que pensaba podría ser la última Copa Mundial, desplazando a Argentina como país organizador.
69 países pidieron su participación al torneo; sin embargo, los hechos bélicos que estaban asediando al mundo impidieron la participación de España (en medio de la Guerra Civil) y de China y Japón, enfrentados en la Segunda Guerra Sino-japonesa. Austria fue excluida debido al Anschluss (anexión con Alemania), mientras que el seleccionado germano fue repudiado a lo largo del torneo por el pueblo francés, debido a su saludo nazi.Ante el cambio de sede a Francia en lugar de Argentina (y contradiciendo a la política originaria de realizar los campeonatos alternadamente en Europa y América), Argentina, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guyana Holandesa, México y Uruguay se rehúsan a participar. Brasil no se anotó al boicot de los equipos americanos ya que tenían serias intenciones de organizar el Mundial de 1942.Un importante cambio fue la introducción por primera vez de los derechos clasificatorios del equipo organizador y del campeón defensor, algo que se mantendría hasta 2002.
En las semifinales, los azzurri derrotaron a Brasil. Hubo un penal dudoso, los brasileños protestaron en vano. Como en el 34, todos los árbitros eran europeos.Después llegó la final, que Italia disputó contra Hungría. Para Mussolini, este triunfo era una cuestión de Estado. En la víspera, los jugadores italianos recibieron, desde Roma, un telegrama de tres palabras, firmado por el jefe del fascismo: Vencer o morir. No hubo necesidad de morir, porque Italia ganó 4 a 2. Al día siguiente, los vencedores vistieron uniforme militar en la ceremonia de celebración, que el Duce presidió.El diario La Gazzetta dello Sport exaltó entonces «la apoteosis del deporte fascista en esta victoria de la raza». Poco antes, la prensa oficial italiana había celebrado así la derrota de la selección brasileña: «Saludamos el triunfo de la itálica inteligencia sobre la fuerza bruta de los negros».La prensa internacional eligió, mientras tanto, a los mejores jugadores del torneo. Entre ellos, dos negros, Leônidas y Domingos da Guia. Leônidas fue, además, el goleador, con ocho tantos, seguido por el húngaro Zsengeller, con siete. De los goles de Leônidas, el más hermoso fue hecho contra Polonia, a pie descalzo. Leônidas había perdido el zapato, en el barro del área, bajo la lluvia torrencial.
No comments:
Post a Comment