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La fortuna se alió con el Real Madrid el pasado miércoles, cuando un jugador del Steaua le abrió el camino para octavos de final de la Liga de Campeones con un gol en propia meta rayando en el absurdo. El club blanco, por contra, no tiene tanta suerte con el patrocinio que muestra en su camiseta y ha sido gafe para buena parte de los patrocinadores que han usado su indumentaria para anunciarse. La quiebra de la filial alemana del grupo taiwanés de móviles BenQ, de hecho, está a punto de dejar al Real Madrid huérfano de espónsor, según aseguraron fuentes cercanas a las compañías. Ni la filial española de la tecnológica taiwanesa, ni los portavoces del club blanco quisieron comentar la noticia. Pero todos los implicados se apresuran a tomar medidas de prevención ante una decisión, la rescisión del contrato de patrocinio, que dan como 'inevitable'.
Desde comienzos de esta temporada de Liga 2006/2007, la compañía BenQ Mobile es el patrocinador principal del Real Madrid. En realidad, la compañía que había llegado a un acuerdo con la casa blanca fue Siemens Mobile. En junio de 2005, sin embargo, en una controvertida decisión, el grupo alemán traspasó a BenQ su filial de terminales celulares por 250 millones.
Este cambio de propietario llevó aparejado un nuevo contrato de patrocinio en el Real Madrid. BenQ estaba interesado en aparecer en la elástica del equipo más laureado de Europa y así, en octubre, las partes llegaron a un acuerdo que supondría un desembolso de 120 millones por cinco temporadas, de 2006 a 2010, con lo que se convertía en la camiseta más cara del fútbol mundial. Los 24 millones de euros que recibirá el Real Madrid por temporada superan los 22 millones acordados por aquel entonces entre Tamoil y el equipo italiano Juventus de Turín, y los 17 millones que ingresará el Bayern de Múnich por T-Mobile. Esta cifra suponía ocho millones más de lo que pagaba Siemens, multinacional que sigue apareciendo durante esta temporada en la camiseta de Raúl o Beckham. La apuesta de BenQ por el Real Madrid fue de tal calibre que incluso contrató a Ronaldo para la campaña de lanzamiento de un teléfono móvil.
Los caminos, sin embargo, se han torcido desde entonces. BenQ Mobile, radicada en Alemania, ha entrado en situación de concurso en un tiempo récord y el 29 de septiembre se declaró incapaz de asumir sus compromisos financieros ante un tribunal de Múnich, después de que la matriz taiwanesa decidiese no inyectar más dinero en su deficitaria filial. En un principio, las partes afectadas se apresuraron a asegurar que la situación no afectaría al pacto con el club del Bernabéu. Fuentes del mundo empresarial, sin embargo, dan por seguro que el patrocinio tiene los días contados.
El Real Madrid parece ser gafe para toda empresa que desde 1982 se ha aventurado a anunciarse en su camiseta. La primera fue Zanussi, el fabricante de electrodomésticos propiedad del grupo Electrolux. Las cosas no le han ido demasiado bien y se ha visto obligado a cerrar la mitad de sus plantas. Peor fue la quiebra del grupo alimentario italiano Parmalat, que lleva dos años en la cuerda floja tras descubrirse un agujero de 4.000 millones de euros.
El distribuidor de coches Otaysa suspendió pagos después de liquidar ante el Ministerio de Economía una aseguradora que presentaba un pasivo de 7,3 millones. La compañía que equipó al Madrid durante varios años, Kelme, estuvo a punto de desaparecer a principios de este siglo.
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