El 3-1 de la ida era un buen resultado para el Sevilla, pero se juntaron diversos factores en su contra. El haber perdido en Braga la ida de la eliminatoria previa de la 'Champions', que los titulares del Barça saltaran al terreno de juego y la insaciable sed de victoria de los blaugrana fueron demasiado para los de Antonio Álvarez.
Se consiguió la novena Supercopa de la historia blaugrana --segunda consecutiva--, título que deja al FC Barcelona como equipo con más trofeos. Por su parte, el Sevilla no dio ni síntomas de poder atacar, que no marcar, y por tanto no tuvo opción alguna de conseguir su segunda Supercopa y segundo título en el Camp Nou, tras ganar la Copa del Rey que le dio el billete a estar en Barcelona esta noche.
Debutó Villa, volvieron los mundialistas y, con ellos, un fútbol creativo y espectacular que este año volverá a ser la base del vigente campeón de Liga. No hubo nada de negativo en la actuación del Barcelona, ya que bajar el ritmo al final del partido y con 3-0, para apuntillar con el cuarto gol, es algo más que normal en un 21 de agosto y con la mayoría de sus jugadores con solo dos semanas de pretemporada.
El Barcelona tuvo el control del balón como es habitual en el conjunto de Guardiola. El Sevilla, con un once inicial sin titulares habituales como Luis Fabiano o Kanouté, éste último ni convocado, esperó encerrado atrás con el punto de mira puesto en los veloces extremos Capel y Navas, que no tuvieron opción alguna.
El Sevilla no estuvo nada cómodo en los pocos minutos que tuvo el esférico y cometió más errores de los deseados por Álvarez. Así, tras unas jugadas que esbozaron lo que puede ser el juego de este Barça durante la temporada, superando el del pasado, llegó una jugada individual de Pedro por la derecha que, tras dejar atrás a dos defensas, provocó que Konko, solo, se metiera un gol en propia portería sorprendiendo a Palop. En un cuarto de hora el Barça se acercó al título y empezó un partido nuevo.
En los minutos posteriores al gol, Bojan subió una marcha en busca de un gol que le sirviera para reivindicar un puesto como titular fijo, aunque hoy dejó en el banquillo a Ibrahimovic y Villa. Tuvo tres acciones de gol, dos de ellas buenas, pero tuvo que ver cómo era el mejor del Mundo, Messi, el que ponía el 2-0. Xavi, en una asistencia kilométrica marca de la casa, dejó sólo a la 'Pulga' ante Palop, que recogió el segundo balón de su red.
Con el título virtual en sus manos, los blaugrana no bajaron el pistón en cuanto a presión, y es que no dejaron respirar al Sevilla ni un momento, como si en vez de agosto estuvieran ya en plena temporada. No obstante, el ritmo ofensivo sí que disminuyó ante la inoperancia arriba de los sevillistas. Se hartaron de descansar, y antes de irse al vestuario Alves y Messi brindaron al público que se acercó al Camp Nou una de sus paredes que acaban en gol. Messi, con ganas de volver a vestir la blaugrana, consiguió su segundo tanto de potente disparo desde el área pequeña para cerrar una primera parte, a estas altura, perfecta.
En la reanudación, el Sevilla intentó cambiar el signo del partido pero sin éxito. Es más, Messi tuvo más cerca el 'hat-trick' que los andaluces empatar la eliminatoria. Pero por si no fuera suficiente, Guardiola quiso regalar al barcelonismo el que en principio iba a ser un recurso de emergencia, la dupla Iniesta-Villa. Así, el asturiano debutó ante su nueva afición y en su nueva casa.
Fue, de todas formas, un revulsivo. Ambos, aupados por los vítores del Camp Nou, salieron revolucionados y dieron a su equipo la chispa que tuvo en la primera parte. Fútbol de salón de nuevo en can Barça e Iniesta que no amplió el marcador por poco tras asociarse con Messi. El paso del tiempo, aliado hispalense, impidió que se prolongara el espectáculo y el cansancio hizo mella en los blaugrana.
Los tres cambios realizados por Antonio Álvarez fueron infructuosos, pues si con ellos esperaba reaccionar, erró. El partido continuó igual y Villa intentó estrenarse como goleador en más ocasiones que todo el Sevilla entero, que no puso a prueba a Valdés. Pero había otro frente abierto, el de Messi en su búsqueda del 'hat-trick'. Llegó y el argentino se fue a casa ovacionado y, como sus compañeros, con otro título más.
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