Pese a la aparente comodidad que refleja el resultado, el Inter tuvo que sacar a relucir sus mejores armas para alzarse con el triunfo. Y es que la Roma llegó a adelantarse en el marcador gracias a un tanto de Riise a los veinte minutos. Pandev igualó el choque antes del descanso y Eto'o, en la segunda parte, anotó los dos tantos decisivos.
El inicio del choque dejó claro cuál iba a ser el guión del mismo. Los estrategas Benítez y Ranieri idearon distintas estrategias en busca del mismo objetivo, conseguir el primer título de la temporada en Italia. Así, el Inter se adueñó del balón desde el pitido inicial mientras la Roma esperaba agazapada en posiciones defensivas.
El dominio de la posesión de balón por parte de los milaneses no resultaba fructífero. El conjunto romano apenas pasaba apuros y empezaba a sentirse excesivamente cómodo en el juego de contraataque. Así, Vucinic disfrutó de la primera gran ocasión del partido (minuto 10) pero Julio César desbarató el intento. Serio aviso para lo que ocurriría poco después. Y es que Riise no perdonaría ante el guardameta brasileño tras recibir un pase magistral de Totti para adelantar a la Roma (minuto 21).
El tanto, lejos de amilanar al Inter, le espoleó. El conjunto de Rafa Benítez trató de superar su primera situación crítica con las principales bazas del juego de Mourinho. Con Sneijder en el papel de 'arquitecto' y Maicon incorporándose continuamente al ataque, los milaneses empezaban a asustar. Pero el empate no llegaría por una genialidad sino por una pifia rival. Juan no despeja un balón en el área pequeña y Pandev lo aprovecha para batir a Lobont (minuto 41). El gol servía para devolver la igualada al electrónico justo antes del descanso.
El tiempo de asueto sirvió para reactivar a la Roma. El equipo de Ranieri, consciente de sus posibilidades, pasó a dominar la posesión de balón y el Inter tomó el relevo del juego al contraataque. Riise probó a Julio César con un disparo lejano (minuto 62) pero no tuvo suerte. A renglón seguido, el árbitro anuló un gol legal a Diego Milito por un inexistente fuera de juego de su asistente, Samuel Eto'o.
A partir de ese momento, el Inter tomó el mando de la Supercopa para no soltarlo. Sneijder empezaba a manejar los tiempos del partido y el conjunto milanés tomaba el aire necesario para imponer su calidad a la de la Roma. Así, Eto'o adelantó a los lombardos tras una sensacional asistencia de Diego Milito (minuto 69). La buena sintonía entre los delanteros interistas resultaba clave para la consecución del primer título de la nueva temporada en Italia.
La Roma acusó en exceso el mazazo y el Inter disfrutó de sus mejores minutos. Eto'o sentenciaría el encuentro a los 80 minutos tras culminar una preciosa pared con el 'dueño' del partido, Wesley Sneijder. En los últimos minutos, el conjunto de Rafa Benítez resistió las embestidas romanas gracias en buena medida a la excelente labor de Julio César e incluso tuvo la oportunidad de ampliar la diferencia en varios contraataques.
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