Todo ocurrió cuando el equipo alemán festejaba la ventaja en la serie de penales. Los jugadores argentinos reaccionaron violentamente y fue necesaria la intervención del personal de seguridad. "Simplemente no nos gustó la forma en que celebraban y saltaban hacia todos lados durante los penales", dijo Hernán Crespo explicando los incidentes.
Al final del partido, Leandro Cufré, quien había vivido el partido en el banco de suplentes, le aplicó una patada al defensor Per Mertesacker, cuando los dos equipos permanecían en el terreno. El defensor central del Hannover cayó al suelo, mientras que el jugador argentino recibió la tarjeta roja.
Además, el director deportivo del seleccionado local, Oliver Bierhoff, y los argentinos Roberto Ayala y Gabriel Heinze tuvieron que ser separados. "Sólo quería separar a los jugadores", explicó Bierhoff. "Es una pena, los aficionados habían mostrado hasta ahora que podrían vivir pacíficamente. Los jugadores y los responsables deberían ser modelos".
En tanto, Torsten Frings criticó la actitud de los argentinos, tildándolos de "malos perdedores". El técnico Jurgen Klinsmann quiso minimizar el asunto, explicando que "en una definición por penales hay mucha tensión y en un segundo todo explota. Las provocaciones vienen de los argentinos pero no sabía que la FIFA iba a abrir una investigación", dijo.
José Pekerman también intentó restarle importancia a los incidentes. "Creo que fue una reacción espontánea, motivada por la emoción del momento", dijo.