El resultado podría ser engañoso si se desconoce que los blancos aguantaron durante 20 minutos con 2-3 en el tanteador. El Real Madrid ofreció su versión bipolar: pegada y preciosismo en los últimos metros, sufrimiento y desconcierto cuando la pelota no está en su poder. Un equipo como el Zúrich puso en aprietos a los blancos en sólo un minuto.
El cuadro merengue comenzó firme ante el debutante helvético y aprovechó nuevamente su pegada para adelantarse en el marcador gracias a un zapatazo de Cristiano Ronaldo. El '9' portugués consiguió estrenarse de falta con su ya conocida y peculiar forma de golpear el balón.
El luso se quitó un peso de encima y el Madrid también. Los blancos se pusieron por delante sin apenas haber hecho gala de sus argumentos y a partir de ahí ofrecieron un juego más fluido con Xabi Alonso como arquitecto y Lass en su línea, barriendo cualquier ofensiva local.
Y es que entre Ronaldo y Kaká el equipo de Pellegrini comenzó a jugar al primer toque, buscando la asociación fácil y al compañero libre de marca, algo inimaginable la pasada temporada. Lejos de extremos cabizbajos incapaces de soltar el balón, Cristiano cuajó el mejor encuentro como jugador merengue y no se cansó de regalar balones al corazón del área.
Así pasó, que cuatro minutos después del gol del portugués, un cabezazo del '9' blanco dejó el balón a Higuaín --de los más activos-- que sirvió en bandeja a Raúl para que sumara el segundo y el enésimo en su cuenta en la máxima competición continental. El argentino volvió a mandar un mensaje a su seleccionador Maradona.
Pero pidió a gritos su convocatoria con el tercer tanto, que mató el encuentro instantes antes de que concluyese el primer acto. El 'pipita' aprovechó su velocidad para dejar atrás a su marcador y batir por bajo a Leoni. La defensa del Zúrich era un claro ejemplo de descomposición y el Madrid lo había aprovechado hasta el momento.
El conjunto helvético no consiguió poner en apuros a Casillas en la primera mitad, salvo un taconazo de Tihinen a los diez minutos, pero la relajación de los merengues hizo crecer al Zúrich. El cuadro local buscó a Drenthe, el punto débil del once de Pellegrini, y comenzó a creer en sus posibilidades.
Éstas se acrecentaron con un penalti que salió de una pillería de Alphonse, que se dejó caer antes de que contactase con Casillas. A los 12 minutos el equipo suizo acortó distancias por mediación del ex osasunista Margairaz. Un minuto después, Aergarten hacía reaparecer los viejos fantasmas con un remate impecable en la salida de un córner.
El Madrid no sufría, pero sí mostraba su desánimo. Gago sustituyó al lesionado Xabi Alonso y no se encontraban las salidas ni el último pase. Sin embargo, la historia se acabó merced a otra falta de Cristiano, ésta con colaboración del meta local. Con el tiempo cumplido, Guti logró el quinto con una vaselina sobresaliente, para sellar el primer triunfo merengue en 'su' competición.
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