Wednesday, June 7, 2006

Cañita brava

Inaguramos aquí una nueva sección para meter un poquito de caña a los que, bajo nuestro humilde punto de vista, se lo merezcan, y sin ningún tipo de acritud. Hoy reproduzco un post que escribí hace algún tiempo pero que merece la pena recordar:

El Larguero y otros hercios

¿No te ha pasado nunca que te encanta un programa de televisión o radio pero no aguantas al presentador? Pues eso me pasa a mi con El larguero de la cadena SER, programa deportivo líder de audiencia donde trabajan muy buenos profesionales en cada una de las parcelas a excepción de la del presentador y director José Ramón de la Morena, en mi opinión, una persona con doble cara, prepotente y lo peor, poco profesional. No tengo nada personal contra él, pero es que lo vengo escuchando desde hace tiempo y no tiene nada que ver a cómo empezó en los primeros años de El larquero, claro que de aquella competía con el clásico Supergarcía, y mira por donde, una vez más y como casi siempre, las masas se van alieneando lentamente en contra del poder establecido y dominante (Jose Mª García por aquel entonces). Poco a poco, fue acaparando cada vez más oyentes a razón de desenmascarar y desprestigiar a García, su principal competidor en las ondas, no digo que no le faltaran razones pues el poder corrompe y mucho, alguno se acordará del interminable fuego cruzado que si butanito por aquí, que si abrazafarolas por allá, en fin, que todo lo que de la Morena criticaba a García y su poder sobre el deporte, me gustaría escucharlo ahora en su contra. Eso sí, de la Morena fiel a su propio estilo, haciendo la pelota a quien le conviene (bendiciendo en nombre de a saber quien), sin aceptar ningún tipo ni forma de crítica hacia él o el programa y con una particular gracia paleta que no tiene, muy recurrente a la hora de salir al paso cada vez que mete la pata. Y no me voy a meter, porque me llevaría más tiempo del que se merece, con su inmenso desconocimiento sobre los deportes, sus turbios asuntos en Brunete (de moda últimamente) y su inglés aprendido mientras comía polvorones. Menos mal que siempre estarán ahí los del tirachinas y su radiador (sí, no te asustes, en la cadena cope) para recordarle que no es el único que tiene un programa de deportes, que hay otros que además de hacerlo bien, lo hacen con humor y del bueno, y que aunque halla cumplido su particular sueño americano, no deja de ser un paleto con cierto poder, pero como él mismo dice cuando alguien no le gusta, a todo cerdo le llega su San Martín.

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