Historias lamentables como últimamente hemos sufrido en el mundo del ciclismo (caso Lyberty), ya se han dado en el mundo del fútbol desde hace ya varias décadas y no parece que los cimientos del deporte rey retumben. Hoy, inaugurando esta sección, EBD quiere reflejar uno de los primeros casos de dopaje en el mundo del fútbol.
Transcurría el año 1960 y Helenio Herrera, hasta aquel momento entrenador del Barça llega a Italia para entrenar al Inter. LLegaba al país transalpino con la vitola de ser uno de los mejores entrenadores de aquel momento. Y es que el 'Mago Herrera', llegaba de España con dos títulos de Liga con el Atlético de Madrid y otras dos Ligas, dos Copas de Ferias (actual UEFA) y dos copas del Generalísimo (actual Copa del Rey) con el Barça. Precisamente su marcha del club culé estuvo salpicaba por varios roces con la estrella del equipo, Kubala.
En Italia hizo a un equipo de ensueño y es que quien vio jugar al Gran Inter no lo olvidará jamás. El Inter de los años sesenta, era el mejor equipo del mundo. En 1964 y 1965, su superioridad era tal que ganó la Liga italiana, la Copa de Europa y la Copa Intercontinental: dos tripletes consecutivos, algo irrepetible. Inventaron un fútbol total en el que un defensa como Facchetti se hartaba de marcar goles y un goleador como Mazzola bajaba a ayudar en la defensa.
Herrera murió en 1997. También han fallecido cinco jugadores. Pero los fantasmas de todos ellos acompañarán a los supervivientes del Gran Inter. Ferruccio Mazzola, hermano del delantero Sandro Mazzola, acusa a Herrera de haber atiborrado de anfetaminas y otros estimulantes a sus futbolistas y de haber provocado la muerte prematura de varios de ellos.
El Mago ya no puede defenderse. Las viejas estrellas interistas, como Sandro Mazzola, Luis Suárez, Giacinto Facchetti, actual presidente del Inter, o Mariolino Corso, prefieren guardar silencio. El acusador, Ferruccio Mazzola, tiene fama de excéntrico. Y ya ha pasado demasiado tiempo como para encontrar pruebas. Pero la lista de muertes sospechosas resulta contundente. Armando Picchi, el capitán, falleció a los 36 años como consecuencia de un tumor en la columna vertebral. Marcello Giusti, de un cáncer en el cerebro. Carlo Tagnin, de un cáncer en los huesos. Mauro Bicicli, de un cáncer de hígado. Ferdinando Miniussi, el portero reserva, de una cirrosis. Enea Masiero está sometiéndose a quimioterapia. Pino Longoni sufre una vasculopatía y vive confinado en una silla de ruedas.
Ferruccio Mazzola asegura que los desaparecidos por cáncer, ninguno mayor de 65 años, eran interistas poco conocidos porque ocupaban plaza de reserva. El único difunto ilustre es Picchi. Según explica Mazzola, los reservas tomaban más pastillas porque Herrera hacía ensayos clínicos con ellos y decía también no saber exactamente qué les mezclaba Herrera en el café, pero que creía que se trataba de anfetaminas.
Los indicios contra El Mago Herrera afloran también fuera del Inter. En 1968, el entrenador dejó el equipo milanés y pasó al Roma. Al año siguiente, 1969, murió Giuliano Taccola, un futbolista del Roma. Taccola había sido operado de las amígdalas y sufría ataques de fiebre tras la intervención. No podía jugar, pero Herrera le imponía las mismas inyecciones que al resto de la plantilla. Tras una de esas inyecciones, en el vestuario del estadio del Cagliari, Taccola sufrió unos minutos de convulsiones y expiró. El parte médico dictaminó una obviedad: muerte por parada cardiaca.
Por todo esto creo que es oportuno y justo admitir que no sólo un deporte tan sufrido como el ciclismo, ha de ser víctima de los palos mediáticos. Porqué no preguntarse: ¿Hay algún deporte en el que no haya dopaje?... Señores, quitémonos las caretas y dejemos a un lado la hipocresia...
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