(EP) El Chelsea se ha apuntado el primer título de la temporada en Inglaterra, la Community Shield, tras doblegar en los penaltis al Manchester United, después que el partido acabara con empate (2-2) y Peter Cech se erigiera en el héroe frente a los 11 metros para dar al técnico italiano, Carlo Ancelotti, el primer título desde que llegó a la Premier.
El Manchester United se adelantó por medio de Nani en el arranque del encuentro, pero vio cómo el Chelsea le dio la vuelta al marcador con sendos goles de Carvalho y Lampard para que finalmente Rooney forzara la tanda de penaltis definitiva en el descuento. El partido comenzó con un emotivo homenaje a Sir Bobby Robson, cuyas imágenes en el luminoso de Wembley fueron aplaudidas durante varios minutos y por quien los jugadores de ambos conjuntos lucieron un brazalete negro en sus camisetas.
El choque, que sirve como punto de partida de la competiciones futbolísicas inglesas, no presentó ninguna novedad en forma de fichaje en el once titular de los a priori dos equipos más poderosos de Inglaterra. El encuentro tuvo como tónica general un ritmo trepidante, que benefició sobre todo al Chelsea, que llegó mucho más fresco a la parte final del duelo, pese a que ambos cojuntos gozaron de cinco cambios.
El primero en golpear fue el Chelsea con uno de sus peligros tradicionales: el balón parado. En un córner botado por Lampard, el serbio Ivanovic, que el año pasado eliminó al Liverpool en Champions con dos tantos en esta circunstancia, remató en semifallo para estrellar el balón en el larguero de Foster. El Manchester no se amilanó ante la mayor presencia blue y Nani, el llamado a recoger el testigo de Cristiano Ronaldo como factor desequilirante en los Diablos Rojos, dio respuesta en el minuto 10, cuando bajó un pelotazo de O'Shea y quebró a dos defensas para anotar un disparo desde fuera del área ante el que Cech puedo haber hecho más.
El portero checo se sacudió de su error en los minutos posteriores, cuando evitó la avalancha de los rojos con varias paradas de mérito a Berbatov, que se sirvió de la movilidad de un Rooney muy participativo. El ritmo correcalles implantado desde el gol parecía beneficiar a un United que, justo antes del descanso, pudo sentenciar cuando Cech sacó un disparo colocado de Fletcher.
El Chelsea no hace nada y remonta
El equipo de Ancelotti cambió el chip en la segunda mitad y eso que el técnico italiano quitó al jugador que más peligro había generado hasta el momento, Ivanovic, por el portugués Bosingwa para buscar más profundidad por la derecha. Ese cambió apenas dio resultados visibles en el campo, pero sí en el marcador, que, en cuestión de 10 minutos, cambió de signo con dos jugadas en las que el portero Ben Foster pudo haberse ganado la confianza de un Capello expectante.
El primer tanto blue llegó de un balón colgado por Malouda al que Drogba no llegó a rematar por culpa de los puños de Foster, pero cuyo rechace fue alcanzado por la cabeza de Carvalho, que se había incorporado al ataque y logró el empate en el minuto 63. El segundo nació de una jugaba polémica en la que Ballack golpeó con su codo a Evra y el Chelsea montó, en ese momento, una contra guiada por Drogba que vio sólo a Lampard en el flanco de Evra para que el '8' del Chelsea fusilara (min. 71) a Foster, que, de nuevo, mostró manos blandas.
El Chelsea intentó dormir el partido con numerosos cambios y parones, pero una genialidad del veterano Giggs en el descuento tuvo como consecuencia que Rooney se plantara sólo ante Cech para definir con sangre fría con la zurda para imponer el definitivo 2-2 en el minuto 92. El partido no concedió ninguna oportunidad más para los goles en juego y todo quedó a la suerte de los penaltis. En ellos, la envergadura de Petr Cech decidió el primer trofeo de la temporada. El portero checo detuvo sendos lanzamientos penales a Giggs y Evra, y se vengó de la derrota de hace dos temporadas en la final de la Champions.
El Manchester United se adelantó por medio de Nani en el arranque del encuentro, pero vio cómo el Chelsea le dio la vuelta al marcador con sendos goles de Carvalho y Lampard para que finalmente Rooney forzara la tanda de penaltis definitiva en el descuento. El partido comenzó con un emotivo homenaje a Sir Bobby Robson, cuyas imágenes en el luminoso de Wembley fueron aplaudidas durante varios minutos y por quien los jugadores de ambos conjuntos lucieron un brazalete negro en sus camisetas.
El choque, que sirve como punto de partida de la competiciones futbolísicas inglesas, no presentó ninguna novedad en forma de fichaje en el once titular de los a priori dos equipos más poderosos de Inglaterra. El encuentro tuvo como tónica general un ritmo trepidante, que benefició sobre todo al Chelsea, que llegó mucho más fresco a la parte final del duelo, pese a que ambos cojuntos gozaron de cinco cambios.
El primero en golpear fue el Chelsea con uno de sus peligros tradicionales: el balón parado. En un córner botado por Lampard, el serbio Ivanovic, que el año pasado eliminó al Liverpool en Champions con dos tantos en esta circunstancia, remató en semifallo para estrellar el balón en el larguero de Foster. El Manchester no se amilanó ante la mayor presencia blue y Nani, el llamado a recoger el testigo de Cristiano Ronaldo como factor desequilirante en los Diablos Rojos, dio respuesta en el minuto 10, cuando bajó un pelotazo de O'Shea y quebró a dos defensas para anotar un disparo desde fuera del área ante el que Cech puedo haber hecho más.
El portero checo se sacudió de su error en los minutos posteriores, cuando evitó la avalancha de los rojos con varias paradas de mérito a Berbatov, que se sirvió de la movilidad de un Rooney muy participativo. El ritmo correcalles implantado desde el gol parecía beneficiar a un United que, justo antes del descanso, pudo sentenciar cuando Cech sacó un disparo colocado de Fletcher.
El Chelsea no hace nada y remonta
El equipo de Ancelotti cambió el chip en la segunda mitad y eso que el técnico italiano quitó al jugador que más peligro había generado hasta el momento, Ivanovic, por el portugués Bosingwa para buscar más profundidad por la derecha. Ese cambió apenas dio resultados visibles en el campo, pero sí en el marcador, que, en cuestión de 10 minutos, cambió de signo con dos jugadas en las que el portero Ben Foster pudo haberse ganado la confianza de un Capello expectante.
El primer tanto blue llegó de un balón colgado por Malouda al que Drogba no llegó a rematar por culpa de los puños de Foster, pero cuyo rechace fue alcanzado por la cabeza de Carvalho, que se había incorporado al ataque y logró el empate en el minuto 63. El segundo nació de una jugaba polémica en la que Ballack golpeó con su codo a Evra y el Chelsea montó, en ese momento, una contra guiada por Drogba que vio sólo a Lampard en el flanco de Evra para que el '8' del Chelsea fusilara (min. 71) a Foster, que, de nuevo, mostró manos blandas.
El Chelsea intentó dormir el partido con numerosos cambios y parones, pero una genialidad del veterano Giggs en el descuento tuvo como consecuencia que Rooney se plantara sólo ante Cech para definir con sangre fría con la zurda para imponer el definitivo 2-2 en el minuto 92. El partido no concedió ninguna oportunidad más para los goles en juego y todo quedó a la suerte de los penaltis. En ellos, la envergadura de Petr Cech decidió el primer trofeo de la temporada. El portero checo detuvo sendos lanzamientos penales a Giggs y Evra, y se vengó de la derrota de hace dos temporadas en la final de la Champions.
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