(As) Llegan de Barcelona las fotos de un acto comercial de Ronaldinho con Jordan. Nada reprochable, pero en cierto modo hieren. Acaba de perder dos partidos seguidos, importantes ambos, y no parece apenado, sino a lo suyo, que son sus anuncios. Me recuerda mucho al día siguiente de un partido perdido por el Madrid en Getafe, hace dos años. La portada del diario AS fue Mercamadrid. El periódico recogía los distintos actos publicitarios de los galácticos, ajenos a la tristeza y el desconcierto de la afición, recorriendo el mundo en busca de dineros para el club o para ellos, que viene a ser lo mismo.Hace semanas que me advierten de que el Barça está galactizado, y va dando muestras de ello. Gira larga (se quejó Márquez) fotos en la NASA, anuncios, satisfacción de los egos por los títulos conseguidos, descuido de lo fundamental... y peores resultados. Eso va pareciendo este Barça, que en realidad reproduce el modelo de Florentino, sólo que con jugadores más jóvenes, en la esperanza de que tardarían más tiempo en echarse a perder. Pero los primeros síntomas ya están ahí, y bien haría el Barça en reconocerlos y corregirlos. Porque el recorrido que empieza ahora ya sabemos dónde termina.
Por eso vuelvo mi mirada a Raúl, que estaba antes de los galácticos y sobrevivirá a la marcha de todos ellos. Le he visto sufrir y decaer, he entendido y casi pedido su baja en la Selección, pero nunca he dejado de admirar su coraje. Sus números cayeron, pero él siguió trabajando. Cuenta Calderón que tras la nueva derrota en Getafe ofreció su baja, perdonar su contrato. Un gesto torero que ya tuvo en su día con Florentino. Su disposición y su trabajo le han reencontrado con el gol. Capello le necesita. Vivió el extravío galáctico sin contaminarse. Gustará más o menos, pero es un ejemplo impecable.
Por: Alfedro Relaño
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