Por un lado, la prensa de Madrid se olvida de la minicrisis que propagó y contagió días atrás por el resultado de un único partido (sí, el Real Madrid jugó algo mejor, pero podría haber quedado en un empate a ceros), lo de siempre, vendiendo humo. Tan pronto se habla de crisis como de repente por una victoria mínima ya se lanzan las campanas al vuelo y todo huele a triunfos. No es que me sorprenda, ya estamos acostumbrados, pero no por ello voy a dejar de decirlo.
Por otro lado, la prensa catalana (no se cual es peor), también adolece de los mismos prejuicios y defectos que la madrileña. Si bien siempre son reacios a hablar mal de su querido Barça y camuflan los malos resultados bajo una dosis de mutismo o simplemente sin tratarlos como tales, eso sí, no pierden ocasión para mofarse de su etrerno rival siempre que pueden. En esta ocasión le salió el tiro por la culata. Cuando esperaban que el Real Madrid perdiera y el Barça ganara para abrir sus ya conocidas portadas amarillas y humeantes, de repente, se quedan sin ideas. No podían haber felicitado al Espanyol y darles el gustazo a los periquitos no, sino que se preguntan qué ha pasado. Pues ha pasado, ni más ni menos, que el Barça está inmerso en otra de las tan citadas minicrisis. Pero no os preocupeis (a los que se sientan aludidos) porque basta con un buen resultado la jornada que viene y ¡ala! a disfrutar del humo y las portadas vacías de información.
En fin, ni lo uno ni lo otro ni todo lo contrario, ¿y tú que opinas?
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