El holandés Arjen Robben abrió el marcador para el Bayern al convertir un penalti, en el minuto 35. En el segundo tiempo, en el minuto 51, el croata Ivica Olic marcó el segundo gol para el Bayern, en el 63 el francés Franck Ribery hizo el tercero y Bastian Schweinsteiger coronó en el minuto 87 con un gran gol.
El Bayern impuso autoridad desde el primer minuto apropiándose de la pelota y haciéndola circular en la mitad contraria, procurando abrir espacios para jugadas de ataque.
Como lo vino haciendo a lo largo de la temporada, el Bayern jugaba sin precipitación y no tenía problemas en tocar una y otra vez el balón hacia atrás mientras se presentaba la oportunidad de lanzar el ataque letal
Los bávaros parecían saber que tenían tiempo y creer que el balón era suyo y esa creencia la estimulaba el hecho de que el Bremen no lo tuvo casi nunca, pese a dos ocasiones -una de Claudio Pizarro y otra de Aaron Hunt- que tuvo en jugadas aisladas en la primera parte.
Para el Bayern, no se trataba de atacar alocadamente sino de ir mareando poco a poco al rival. En los primeros minutos, el Bremen estuvo en dos ocasiones a punto de recibir dos golpes mortales, primero con un remate desde fuera del área de Arjen Robben y luego con un cabezazo del argentino Martin Demichelis.
Aunque luego las llegadas se hicieron más esporádicas, el dominio era claro y el Bremen parecía completamente maniatado. El gol hubiese podido llegar ya en el 23, ocasión de Robben, o en el 24, cuando Thomas Müller no llegó por milímetros a un centro de Robben, pero tuvo que esperar un penalti que convirtió Robben en el minuto 35.
En la segunda parte, el Bremen trató de reaccionar y emprendió una arremetida ofensiva que condujo a una buena ocasión de Pizarro en el minuto 46. No obstante, el recital del Bayern proseguiría. En el 51, el segundo gol, marcado por Olic tras un rechace deficiente del defensa Per Mertesacker en un saque de esquina, ahogaría el intento de reacción del Bremen.
Tras el gol de Olic, vino una fase de asedio del Bayern del que el Bremen intentó sacudirse atreviéndose a atacar en busca de lo imposible. Ese valor, lejos de ser premiado, fue castigado con un contragolpe, en el minuto 63, que trajo el tercero de los bávaro marcado por Ribery.
El Bremen no bajó los brazos y tampoco se limitó a tratar de evitar una goleada de proporciones escandalosas, sino que siguió intentando atacar. Lo mejor del Bayern vendría con el cuarto gol en que Schweinsteiger, paró un balón con el pecho dentro del área para luego definir con un toque perfecto al segundo palo.
La segunda de las tres finales ya la tiene Van Gaal. Ahora, sólo le falta la del Bernabéu, el próximo sábado contra el Inter de Milán, para conquistar la "triple corona" que no tiene ningún club alemán.
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