El Real Club Celta de Vigo SAD es un club de fútbol español, de la ciudad de Vigo (España), fundado en 1923.
El Celta de Vigo nació el 23 de agosto de 1923 de la unión de dos clubes de la ciudad de Vigo el Real Vigo Sporting y el Real Fortuna. El Sporting era el más laureado, ya que fue subcampeón de la Copa de España en 1908.
Aquel subcampeonato logrado por uno de sus fundadores debería haberle permitido al Celta participar en la Primera división en el año que se creó la Liga (1928), pues el criterio para integrar la máxima categoría era haber sido campeón o subcampeón de la Copa de España, y en aquella fecha sólo 10 clubs, incluido el Celta como heredero del Vigo Sporting, cumplían ese requisito; sin embargo, al Celta se le negó ese derecho y se vio relegado a la segunda categoría. A la conclusión de la temporada 1928-29 el Celta decidió retirarse de la competición liguera la temporada siguiente para afrontar una radical reestructuración deportiva.
El reingreso en la liga se produjo en 3ª división la temporada 1930-1931; un Celta arrollador logró el título de campeón de la categoría y el ascenso a 2ª división, derrotando en la eliminatoria final de la fase de promoción al Recreativo de Huelva por un contundente 7-0 (4-0 en Balaídos y 0-3 en campo onubense).
El ansiado ascenso a 1ª División se consiguió al conquistar el título de campeón de 2ª en la temporada 1935-1936, derrotando por 7-0 al Real Zaragoza en Balaídos. El Celta se convertía así en el primer equipo gallego en alcanzar la división de honor del fútbol español.
Debido a la suspensión de las actividades deportivas por causa de la Guerra Civil (1936-1939), el debut del Celta en la máxima categoría se vio postergado a la temporada 1939-1940. Se inició así una etapa dorada, con 20 años de presencia casi ininterrumpida en la élite, a excepción de la temporada 1944-45, que purgó en la 2ª división. Recuperada inmediatamente la categoría, el Celta consolidó un equipo brillante, que alcanzó sus mayores cotas en la temporada 1947-48, bajo la dirección técnica del mítico guardameta internacional Ricardo Zamora: concluyó el campeonato nacional de liga en cuarta posición, a 6 puntos del campeón, F.C. Barcelona, al que derrotó por 3-2 en un Balaídos que convirtió en feudo inexpugnable, en el que también cayeron goleados Athletic Bilbao (5-1), Valencia CF (5-2) y Real Madrid (que cosechó aquella temporada sendas derrotas por 4-1 frente a los celestes, tanto en Vigo como en Chamartín). Pahiño, que con 23 goles se alzó con el título de pichichi del campeonato, y Hermidita, con 14, fueron los máximos anitadores de una plantilla en la que formaron también Simón, Mesa, Cabiño, Gaitos, Gabriel Alonso, Yayo, Roig, Miguel Muñoz, Aretio, Vázquez, Retamar, Zubeldia, Salas, Marzá, Venancio, Bermejo y Montoro. La magnífica campaña de los olívicos tuvo su rúbrica con el subcampeonato de Copa del Generalísimo. El Celta alcanzó la final, que se disputó en el estadio madrileño de Chamartín el 4 de julio de 1948, tras superar una agónica eliminatoria de semifinales frente al RCD Espanyol de Barcelona, que precisó de dos partidos de desempate, con sus respectivas prórrogas, que se celebraron en Madrid en la misma semana de la final. Las gestiones de la directiva céltica para lograr un aplazamiento resultaron infructuosas y el equipo, agotado, saltó al césped del coliseo madridista para enfrentarse al Sevilla. A los 6 minutos de juego un gran disparo de Miguel Muñoz adelantó al Celta en el marcador. Sin embargo, el Sevilla reaccionó con rapidez y en el minuto 19 lograba empatar. El Celta mantuvo el tipo tres cuartos de hora más, pero tras el descanso, en un fatídico minuto 14, los sevillistas marcaron su segundo gol, en una jugada que significó además la lesión del portero vigués Simón, obligado a retirarse del terreno de juego. En aquel entonces el reglamento no permitía sustituciones, de manera que el equipo se quedó con 10 jugadores y su puesto bajo palos tuvo que ser cubierto por Gabriel Alonso, quien en los siguientes 15 minutos encajó dos goles más, que dejaron el marcador en el definitivo 4-1 a favor de los andaluces.
El final de esas dos décadas de esplendor céltico llegó con el descenso en la temporada 1958-59. El purgatorio de la 2ª se prolongó durante la practica totalidad de la década de 1960, pues pese a contar con varias oportunidades de ascenso (promociones contra Real Valladolid en 1960, Real Oviedo en 1961 y Sabadell en 1966), la fortuna le resultó esquiva hasta la temporada 1968-69, en que consiguió por fin el regreso a la categoría de oro.
El Celta de los años 70 volvió a marcar hitos en el fútbol gallego. Después de una primera temporada 69-70 de reencuentro con la categoría, el Celta de la 70-71, dirigido por Juanito Arza, uno de sus verdugos sevillistas en la final del 48, mantuvo Balaídos invicto. El conjunto de los Quique Costas, Manolo, Lezcano, Doblas, etc. concluyó la liga clasificado en un sexto lugar que le permitió clasificarse para la primera edición de la Copa de la UEFA, en lo que representó la primera participación de un equipo gallego en las competiciones europeas. La experiencia, sin embargo, fue efímera, al no poder superar la primera eliminatoria frente al Aberdeen FC escocés.
A partir de la temporada 1974-75 el Celta se instaló en el ascensor, encadenando descensos y ascensos entre primera y segunda. Así, al descenso de la 74-75 siguieron un ascenso en la 75-76, un nuevo descenso en la 76-77 y otro ascenso en la 77-78. Tanta inestabilidad acabó por pasar factura, y al descenso a 2ª de la temporada 78-79 le sucedió la mayor calamidad en la hitoria del club: un descenso a 2ª B.
La nefasta temporada 1979-1980 se cerró con un descenso a 2ª B consumado en la última jornada. La siguiente campaña, 1981-1982 se contrató a un técnico yugoslavo, Milorad Pavic, que obró el milagro de hacer al equipo campeón de 2ª B y, al año siguiente, de 2ª A, recuperando en dos temporadas consecutivas todo el terreno perdido. Militaban ya en el equipo algunos de los grandes mitos del celtismo de los 80, como Lucas, pichichi de 2ª, o el portero Javier Maté. El Estadio de Balaídos se disponía a estrenarse como campo de la fase final de la Copa del Mundo de 1982 en su mejor condición, como sede de un equipo de primera categoría. El Celta aprovechó esa circunstancia para organizar un homenaje a su gran capitán, Manolo, un hombre que había protagonizado todas las alegrías y desventuras de la década anterior, desde las mieles de la UEFA y los ascensos a los sinsabores de los descensos, y de ese modo se celebró un encuentro amistoso contra la sensacional selección polaca, que concluyó el mundial en el tercer puesto.
El tercer año de Pavic (1982-83), de nuevo en primera, concluyó de manera muy triste en el Nuevo José Zorrilla de Valladolid, con una derrota que materializó un descenso olívico más. Las temporadas 1983-84 y 1984-85, en segunda, se vivieron de forma muy distinta. En la primera de ellas, sexto clasificado, el ascenso se escapó finalmente por un sólo punto: campeón el Castilla de la "Quinta del Buitre" y subcampeón el Bilbao Athletic del pichihi Julio Salinas, ambos filiales de Real Madrid y Athletic Club, respectivamente, e imposibilitados, por tanto, para subir, ascendieron 3º, 4º y 5º clasificados, Hércules, Racing de Santander y Elche CF, con 3, 2 y 1 punto más que los vigueses. En la siguiente, el equipo entrenado por Félix, jugador fundamental en los 70 y Director Técnico imprescindible del gran Celta del siglo XXI, logró su objetivo en una liga que pudo haberse malogrado por los convulsos acontecimientos de las primeras jornadas, cuando una huelga de jugadores a nivel nacional obligó a los clubs a alinear a jugadores juveniles en las primeras jornadas. Superadas todas las dificultades, aquel Celta de Félix, comandado por los Maté, Lemos, Atilano, Alvelo, Cortés, Lucas y la solvencia del líbero mundialista hondureño Gilberto, recuperó una vez más la plaza en la máxima categoría.
La temporada 1985-86 supuso un nuevo fiasco. La contratación del brasileño Baltazar no fue suficiente para fortalecer un equipo gafado, que empezó a fraguar su desgracia en el encuentro inaugural del campeonato; pese a arrancar un valioso empate a domicilio frente a la Real Sociedad, en Atocha cayó lesionado de gravedad el portero céltico Javier Maté, una de las grandes estrellas del equipo, que dijo adiós a la temporada. Aquella lesión coincidió con el servicio militar de su sustituto, la gran promesa navarra Patxi Villanueva, por lo que la responsabilidad de cubrir la portería celeste recayó en el tercer portero del equipo, Chucho. Durante bastantes encuentros de la primera vuelta el centrocampista Vicente tuvo que ser el designado para alinearse en el acta como portero suplente. Cuando se reabrió el mercado de fichajes, el Celta se hizo con los servicios del gallego Pereira, procedente del Atlético de Madrid, pero su concurso no pudo contrarrestar la dinámica negativa, y el descenso se consumó con muchas jornadas de anticipación.
En 1986, alarmada por el declive de la audiencia y repercusión del fútbol, castigado por el público por episodios como el de la huelga de jugadores de campañas anteriores, la federación decidió innovar en el sistema de competición para el campeonato de 1986-87 en primera y segunda división, de modo que tras una fase regular en la que se enfrentaron todos los equipos entre sí a doble vuelta, se conformaron 3 grupos que pelearían por distintos objetivos. El Celta conservó el bloque de jugadores de la temporada anterior, que se puso a las órdenes del británico Collin Addison. La incorporación más destacada a la plantilla fue la del central irlandés Jimmy Hagan, fichado para reforzar al equipo con vistas al tramo decisivo de la competición. Concluida la fase regular del campeonato en la 4º plaza, el Celta quedó encuadrado en el grupo par, junto al Deportivo de la Coruña (2º), Castellón, Málaga CF, Rayo Vallecano y Sestao. Las victorias sobre los coruñeses (3-0 en Balaídos y 0-1 en Riazor), permitieron al cuadro celeste llegar a la última jornada dependiendo de sí mismo para conquistar el ascenso: sólo una derrota céltica permitiría al Castellón, que se enfrentaba al Coruña de Arsenio Iglesias en el Ángel Carro de Lugo (Riazor había sido clausurado por los graves incidentes del público tras la victoria céltica), soñar con la posibilidad de ascender. Los albinegros recibieron facilidades de los desterrados herculinos, que alinearon un equipo formado por jugadores juveniles y del filial; no desaprovecharon la ocasión y se impusieron con comodidad. Sin embargo, su victoria resultó pírrica, puesto que el Celta, arropado por cientos de aficionados, desplazados en un convoy ferroviario especial, logró mantener el empate que le servía para ascender a primera junto a Valencia CF y Logroñés, vencedores del grupo impar.
Tras el éxito en la liga más larga de la historia, culminada con el ascenso y el pichichi para Baltazar, la temporada 1987-88 se presentaba como la oportunidad de Collin Addison de lucirse en la élite del fútbol español. Sin embargo, sorprendentemente el técnico no se incorporó a dirigir la pretemporada. La dirección de los Maté, Otero, Nacho, Hagan, Atilano, Alvelo, Vicente, Lucas, Balatazar, Julio Prieto, Zambrano, Rodolfo, Maraver, Mosquera, Camilo etc. fueron encomendados a José María Maguregui, quien consiguió mantener el nivel del equipo en la nueva categoría, acariciando la posibilidad de retornar a las competiciones europeas al ocupar durante muchas jornadas los puestos de cabeza. Finalmente el equipo bajó su rendimiento en las últimas jornadas y concluyó el campeonato en 7º puesto. Maguregui presentó su dimisión varias jornadas antes de la conclusión, debido al malestar que provocó entre los aficionados la confirmación de su compromiso para liderar la temporada siguiente el Proyecto II de Jesús Gil en el Atlético de Madrid.
Maguregui se llevó consigo al goleador Baltazar, que en el Atlético consiguió proclamarse pichichi. Sin embargo el Celta no los echó de menos. Sustituido el vasco por el asturiano Novoa, antiguo jugador céltico, y el brasileño por su compatriota Amarildo, el Celta 1988-89, con las incorporaciones de Zoran Maric y Pedro Herrera, registró números muy similares a los de la campaña anterior, concluyendo el torneo liguero en 8ª posición.
Pero este periodo caracterizado por el juego brillante fue breve. La sensacional campaña de Amarildo no pasó desapercibida para los grandes de Europa y la lluvia de ofertas se concretó en un traspaso, estratosférico para la época, al Lazio de Roma, que pagó entonces 200 millones de pesetas por el jugador. El Celta 1989-90 fichó a otro buen delantero brasileño, Nilson, confiando en repetir el éxito de las contrataciones anteriores. Sin embargo, su rendimiento fue muy inferior al esperado. Se incorporó también otro brasileño, Fabiano, que con el tiempo llegaría a ser una de las estrellas del fútbol español. Se fichó también al jugador más carismático del Deportivo de la Coruña, el delantero Vicente Celeiro, que tuvo por fin en Vigo la oportunidad de jugar en primera. Sin embargo, todos estos mimbres, que sostenían el cesto construido en los años anteriores, no consiguieron mantener la categoría.
Hubo que esperar a la temporada 1991-1992 para recuperar el lugar en primera. El ex-jugador internacional Chechu Rojo, incorporado a finales de la temporada anterior construyó un equipo sólido que se alzó con solvencia con el título de campeón de la segunda división varias jornadas antes de la conclusión de la liga. El veterano Maté cedió la titularidad bajo los palos al prometedor Patxi Villanueva, que cuajó una temporada magnífica. El cuerpo técnico había sondeado el mercado balcánico y de él se trajo dos perlas excelentes: el defensa Goran Juric y el delantero Vlado Gudelj, un jovencísimo y corpulento goleador serbo-bosnio que se proclamó pichichi de la categoría. Poco tiempo le hizo falta al joven Gudelj para convertirse en uno de los jugadores más queridos para los celtistas. La felicidad que le proporcionaba su éxito futbolítico contrastaba con el desasosiego que manifestaba por los acontecimientos que se vivían en su país, donde estallaba una cruenta guerra que atrapaba a su familia. Se fichó también a otro ídolo del eterno rival, el interior "Flaco" Gil. Fabiano se convirtió en el director de juego y Otero se consolidó en el lateral derecho.
Conseguido el ascenso, el Celta se enfrentó en aquellas fechas a otro reto transcendental para su futuro: la conversión en S.A.D. Era preciso cubrir el capital social establecido por el Consejo Superior de Deportes para mantenerse en las competiciones profesionales. Finalmente, el celtismo respondió a los llamamientos de la directiva presidida por Ignacio Núñez y se pudo solventar ese trámite.
Reintegrado una vez más a la primera división, la temporada 1992-93 Chechu Rojo consiguió dotar al equipo de una solidez defensiva que proporcionó a su portero el trofeo Zamora al menos goleado empatado con Paco Liaño (Deportivo). Santiago Cañizares, fichado ese verano, empezaba a recorrer el camino que le llevaría a la internacionalidad y a defender la portería española en el siguiente mundial (de hecho, suya fue la responsabilidad de, con un hombre menos, mantener el marco imbatido en el partido que significó la clasificación de la selección para Estados Unidos 1994, la victoria por 1-0 sobre Dinamarca en Sevilla). El eje de la defensa de Rojo se reforzó con un central internacional que el preparador bilbaíno conocía bien: su paisano Patxi Salinas fue el complemento a la solvencia y clase de Goran Juric. Otero se apropió del lateral derecho y el izquierdo se confió a todo un campeón olímpico, Rafael Berges. En la vanguardia se incorporó un extremo campeón de Europa, Milorad Ratkovic, para asistir al ariete serbo-bosnio. El Celta se balcanizaba y se vulcanizaba, se convertía en un equipo correoso y demoledor. De este modo conquistó plácidamente la permanencia en esa primera temporada de regreso a la élite.
En 1994 se vivió la mayor movilización de la historia del celtismo, con el desplazamiento a Madrid de los 25.000 aficionados para los que se ofrecieron localidades de la final de la Copa del Rey, el 20 de abril de 1994. El Celta de Chechu Rojo alcanzó la final tras superar en las semifinales al Tenerife de Jorge Valdano, que se presentaba en esa cita como el gran favorito. Un genial caracoleo de Ratkovic en la banda izquierda, en una jugada que parecía condenada a diluirse en la nada, sirvió al serbio para colocar un centro magistral a Gudelj, que remató poderoso a la red tinerfeñista, abriendo la senda de la victoria en el partido de ida. Otro gol de Gudelj y un último de Salillas ponían la eliminatoria muy favorable. El partido de vuelta en el Heliodoro Rodríguez López se puso muy cuesta arriba cuando los canarios marcaron el 2-0 a falta de media hora para la conclusión. Afortunadamente, en cinco minutos de inspiración, Gudelj consiguió empatar el partido. El segundo gol fue magistral: pase en profundidad de un genial Andrijasevic (internacional croata fichado en el mercado de invierno) y galopada para resolver en el uno contra uno ante el portero.
Tras superar las semifinales, el rival que esperaba en la final era el Real Zaragoza, entrenado por Víctor Fernández, equipo que deslumbraba en Europa con su fútbol. Tras empatar ambos equipos tras los primeros 90 minutos y la prórroga, finalmente se llegó a los penaltys, donde el portero blanquillo Andoni Cedrún detuvo un penalty al defensa del Celta, Alejo, y tras ese fallo, Higuera marcó el penalty definitivo que llevó la Copa del Rey a la ciudad de Zaragoza.
Con la llegada del nuevo siglo, el Celta se caracterizó por practicar un fútbol atractivo y alegre, gracias a la clase y liderazgo de jugadores como Mostovoi, Karpin, Gustavo López, Mazinho o Revivo, comandados por la dirección técnica de Víctor Fernández. El Celta se mantuvo en los primeros puestos de la clasificación, con memorables actuaciones en la Copa de la UEFA ante reconocidos equipos europeos, como la Juventus, el Liverpool, el Aston Villa o el Benfica. El Celta tuvo de nuevo una oportunidad para estrenar su palmarés en una final de Copa del Rey en la que partía como favorito. Tras el optimismo inicial con el golazo de Alexander Mostovoi, la desesperación se apoderó de los incansables aficionados celestes que vieron, impotentes, como el Zaragoza remontaba y volvía a repetir el éxito de 1994. Una temporada más tarde, Víctor Fernández asumió el final de un exitoso ciclo en el que logró que el Celta practicase un gran fútbol y se clasificase siempre para disputar las competiciones europeas, incluyendo la conquista de la Copa Intertoto en el año 2000 que le otorgó al Celta una plaza para la Copa de la UEFA.
En pleno verano de 1995, cuando todo lo relacionado con el fútbol descansaba o iniciaba la pretemporada, explotó uno de los mayores escándalos que ha vivido la Liga española. Durante la madrugada del 31 de julio al 1 de agosto la Liga Nacional de Fútbol Profesional (LNFP) decidió no inscribir al Celta y al Sevilla, castigándoles con el descenso a la Segunda División B por no entregar en el plazo previsto la documentación exigida por a Ley del Deporte.
La no presentación de dos avales, uno de 45 millones por parte del Celta y otro de 85, caso del Sevilla, fueron el detonante de dicha decisión. A partir de ese momento, y durante 15 días, las dos ciudades se echaron a la calle para protestar contra la medida tomada. Mientras, Albacete y Valladolid, hablan sido los beneficiados ocupando las dos plazas que dejaban vacantes el conjunto celeste y el sevillista. Tras dos semanas de tira y afloja, la Liga Nacional de Fútbol Profesional decidió readmitir a celtiñas y sevillistas, sin descender a Valladolid y Albacete, por lo que la División de Honor quedó ampliada a veintidós equipos.
El relevo lo tomó Miguel Ángel Lotina, un entrenador que apostó desde el principio por un fútbol mucho más defensivo, tosco y a la larga práctico. Aunque la afición disfrutó mucho menos en cuanto a espectáculo, si pudo celebrar la consecución de un sueño, la clasificación para disputar la Liga de Campeones, tras una temporada histórica en la que el Celta finalizó en el cuarto puesto en la Liga, complementada más si cabe, con la conquista del prestigioso trofeo Zamora para el portero argentino, Pablo Cavallero.
Tanto afición como directiva y jugadores eran muy optimistas. El equipo era sólido, ordenado y compacto y estaba formado por jugadores de gran calidad y experiencia. El Celta tenía al alcance de su mano abrir un nuevo periodo en su historia, un periodo histórico en el que lucharía por crecer y equipararse lo máximo posible a los grandes equipos nacionales y europeos. Por desgracia el exceso de euforia y confianza se comenzó a hacer patentes en las primeras jornadas de la temporada 2003-2004 con unos nefastos resultados que hicieron tambalearse todo el proyecto. Mientras la situación en la tabla era cada vez más preocupante, el equipo respondía en la Liga de Campeones, clasificándose como segundo de su grupo por detrás del AC Milán y por encima del FC Brujas y el Ajax Amsterdam.
A pesar de este éxito, las sonrojantes goleadas ante el eterno rival, el Depor (0-5) y ante la Real Sociedad (2-5) provocaron una situación insostenible que le costó el puesto a Miguel Ángel Lotina. El experimentado Radomir Antic fue su sustituto, y a pesar de sus buenos resultados iniciales, que auguraban un resurgir del equipo, el Celta quedó eliminado de la Liga de Campeones ante el Arsenal en octavos de final. Derrota tras derrota, el Celta se encaminaba hacia el pozo de la Segunda División sin freno. Sobrepasado por la situación, Radomir Antic dimitió. El club, a la desesperada, hizo recaer la responsabilidad en dos hombres de la casa, Ramón Carnero y Rafael Sáez. Este tándem obtuvo muy buenos resultados, que pese a todo fueron insuficientes para evitar un inesperado descenso.
Muchos jugadores que fueron piezas clave en anteriores proyectos causaron baja en la plantilla. De la mano de Fernando Vázquez y con un equipo renovado con jugadores con experiencia e incorporaciones del equipo filial (Canobbio, Lequi, Jesús Perera), el Celta se dispuso a intentar retornar a la máxima categoría cuanto antes. A pesar de los altibajos iniciales, el equipo le tomó el pulso a la categoría y tras una segunda vuelta apabullante, logró un ascenso imprescindible, con suspense incluido debido al polémico caso Toni Moral, no resuelto aún.
En su retorno a Primera división española, el Celta confeccionó una plantilla interesante con un presupuesto muy bajo. Llegaron al equipo jugadores como el argentino Diego Placente (Leverkusen), Baiano (Málaga), Núñez (Liverpool), Iriney (Rayo V.) o Jorge (At. Madrid). El equipo dio la talla y desde las primeras jornadas ocupó los primeros puestos de la clasificación, logrando la permanencia matemática sin sufrimiento alguno y logrando el inesperado regreso a Europa gracias a la 6º plaza final obetenida en el campeonato. El éxito es aún mayor si se tiene en cuenta que en la temporada del retorno, el Celta venció en campos como el Santiago Bernabéu, Riazor, Vicente Calderón o Ruiz de Lopera.
En esta temporada el equipo trata de afianzarse en puestos UEFA, aunque la competencia en la Liga Española es feroz. Con esta temporada el equipo ha fichado jugadores para reforzar la plantilla en puestos determinados como Guayre (Villarreal), Nené (Alavés) o George Lucas (Gremio). De la mano de su entrenador, Fernando Vázquez, el Celta trata de afianzarse en la primera división y sigue soñando por ese tan ansiado título nacional.
PLANTILLA
01- Esteban Andrés Suárez; ''Esteban''
03- George Lucas Coser; ''George Lucas''
04- Borja Oubiña Meléndez; ''Oubiña''
05- Matías Lequi; ''Lequi''
07- Antonio Núñez Tena; ''Núñez''
08 - Ángel López Ruano; ''Ángel''
09- Joao Fernando Nelo; ''Baiano''
11- Gustavo A. López Pablos; ''G.López''
12- Diego Rodolfo Placente; ''Placente''
13- José M. Pinto Colorado; ''Pinto''
14 - Jesús Perera López; ''Perera''
15- Pablo Contreras Fica; ''Contreras''
16- Pablo G. García Pérez; ''Pablo García''
17- Sebastián Gabriel Tamas; ''Tamas''
18- Antonio Guayre Betancor; ''Guayre''
19- Yago Yao Alonso-Fueyo; ''Yago''
20- Jonathan Aspas Juncal; ''Jonathan''
21- Jorge Larena-Avellaneda Roig; ''Jorge''
22- Daniel de Ridder; ''Ridder''
23- Anderson Luiz de Carvalho; ''Nené''
24- Fabian Canobbio Bentaberry; ''Canobbio''
25- Iriney Santos da Silva; ''Iriney''
26- Sergio Álvarez Conde; ''Sergio A.''
27- Yoel Rodríguez Oterino; ''Yoel''
28- Ricardo Álvarez Puig; ''Richi''
29- Roberto Lago Soto; ''Roberto Lago"
30- Jonathan Vila Pereira; ''Jonathan Vila''
EQUIPACIONES
1ª Equipación
2ª Equipación
ESTADIO
El Estadio Municipal de Balaídos se inauguró el 30 de diciembre de 1928 con un encuentro entre el Celta de Vigo y el Real Unión de Irún. Como muchos otros estadios españoles, sufrió una gran remodelación para poder ser sede del Mundial de España '82. Fue la sede de la selección de Italia durante 3 encuentros: Italia - Polonia (0-0), Italia - Perú (1-1), Italia - Camerún (1-1).
Tiene una capacidad de 31.800 espectadores y sus dimensiones son de 105 x 69 m.
En los últimos años, y debido a su deterioro, se está tratando de construir un estadio nuevo.
DATOS
Temporadas en 1ª: 45
Temporadas en 2ª: 25
Temporadas en 2ªB: 1
Temporadas en 3ª: 1
Mejor puesto en la liga: 4º (Primera división española temporadas: 47/48 y 02/03)
Peor puesto en la liga: 19º (Primera división española temporadas: 89/90 y 03/04)
Primer gol en Primera División: Nolete en el min 71 del Zaragoza - Celta (3-2) el 03/12/1939
Primer gol en Segunda División: Ramiro, siendo el primer gol marcado por el Celta en Liga, en el partido Celta-Iberia (1-2) que se jugó en febrero de 1929.
Gol número 500 en Liga: Segundo gol del Celta en el encuentro Celta - Deportivo de la Coruña (2-3). Obra de Sobrado el 12/03/50.
Gol número 1000 en Liga: Primer gol (minuto 58) del Zaragoza - Celta (2-0), obra de Lezcano, el 07/02/1971.
Mayor número de goles en Liga: 69 goles (Temporada 98/99)
Mayor número de puntos: 64 puntos (Temporada 98/99)
Mejor promedio de goles obtenido en Liga: 2,42 goles por partido (Temporada 49/50)
Menor número de goles obtenida en Liga: 21 goles (Temporada 58/59)
Mayor número de goles encajados en Liga: 75 goles (Temporada 43/44 y Temporada 55/56)
Menor número de goles encajados en Liga: 32 goles (Temporada 70/71 y Temporada 92/93)
PALMARÉS
Torneos nacionales
Finalista Copa del Rey (3) - 1948, 1994 y 2001
Torneos nacionales amistosos
13 Trofeo Ciudad de Vigo
8 Trofeo Memorial Quinocho (En memoria de Quinocho)
1 Copa Xunta de Galicia (campeón, 2007) derrotando al CD Lugo por 3-2.
Torneos internacionales oficiales
Copa Intertoto de la UEFA (1) - 2000
Torneos internacionales amistosos
1 Trofeo Teresa Herrera
Página Web: http://www.celtavigo.net/
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