El Milan se acerca a las nueve Copas del Real Madrid. Siempre fue un grande del fútbol europeo. Y lo sigue siendo. Conserva el glamour de los clubes que infunden respeto al adversario desde el túnel de los vestuarios. El Liverpool no tuvo su día.
Puso más fútbol en general, pero se ahogó en el último cuarto de hora. Tal es así, que en el 2-0 de Inzaghi, el Liverpool se quedó roto. Rafa Benítez incluso cambió a Finnan, desgastado, por Arbeloa en los minutos finales. El Liverpool, como siempre puso corazón y acortó al final con un 2-1 que puso Kuyt.
El Milan disfrutó de su paciencia. No estuvo cómodo. Pero fue letal. Apareció en dos ocasiones, la primera con un golpe de fortuna y la segunda con un hábil pase de Kaká a Inzaghi, que no perdonó. Driblo a Reina y firmó el 2-0.
No pudo tener peor suerte el Liverpool. Dominó, peleó, presionó con autoridad. La gente de Rafa Benítez se dejó el alma, tuvo más calidad que su rival, pero un libre directo al filo del descanso, lanzado por Andrea Pirlo y 'tocado' con suerte por Inzaghi, despistó a Pepe Reina. Era el 1-0, un resultado injusto para los méritos que había exhibido el Liverpool.
El Milan, en ese primer tramo, nunca pudo con el Liverpool. Mascherano y Xabi Alonso 'se comieron' a Pirlo, a Seedorf y a Kaká. Inzaghi fue un espectador más arriba. Mientras, enfrente todos colaboraron en la cobertura para anular a Kaká en la recepción. Tanto Pennant, como Agger salían con rapidez desde todas las zonasa para ayudar a Xabi y a Mascherano.
El fútbol es velocidad de crucero hoy en día. La anticipación es asignatura obligatoria. Rafa Benítez lo sabe. Y vio como Pennant, Xabi Alonso y Kuyt disfrutaron de ocasiones claras ante el portal de Dida. Sin suerte. Lo que no podía prever Benítez es que Xabi Alonso derribara a Kaká a borde del área en el último suspiro del primer tiempo.
El Milan es un animal salvaje, que no perdona. El felino destroza. Era su primera ocasión. Y la mandó dentro del portal de Reina. Hasta en eso se alió la fortuna con el Milan. Pirlo tiró mal, y de rebote Inzaghi, que estaba molestando a la barrera del Liverpool tocó lo justo para desviar la dirección del balón a Reina. Un gol inesperado.
Pero el Milan, en una contra, barrió al Liverpool.Antes Kewell entró por Zenden, quizás la zona más pobre del equipo de Anfield.
No le funcionaron bien las bandas a Rafa Benítez. Y el Milan hizo su partido, jugó con seriedad y Paolo Maldini entró en la leyenda. Levantó la séptima del Milan y la quinta Liga de Campeones de su carrera profesional. A punto de cumplir 38 años, es un ejemplo para todo el mundo del fútbol.
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