(EP) Todo está ya preparado para la final de la Copa de la UEFA que disputarán el miércoles Sevilla y Espanyol en el estadio de Hampden Park de Glasgow, un coliseo con categoría internacional de 'cinco estrellas', y en el que blanquirrojos y albiazules pelearán por un sueño europeo.
De hecho, Hampden Park puede ser el tercer escenario mágico para el Sevilla, tras el Phillips Stadium de Eindhoven y el Luis II de Mónaco, donde consiguiera la Copa de la UEFA del año pasado y la Supercopa europea, respectivamente.
Por supuesto, en caso de ganar, para el Espanyol sería el santuario cuyo nombre iría unido a una gesta histórica, de un equipo que suele rondar en la zona media de la tabla liguera.
Pero Hampden es mucho más. Inaugurado el 31 de octubre de 1903, fue, desde sus primeros días, el estadio más grande y avanzado del mundo. No en vano, en 1937 congregó a 149.415 espectadores en un encuentro que disputaron Escocia e Inglaterra. Ese mismo año albergó a 146.433 espectadores del Celtic y el Aberdeen en la final de la Copa escocesa.
Actualmente, su aforo, más moderado, es de 52.000 espectadores después de diversas remodelaciones, aunque no deja de ser uno de los campos míticos del fútbol continental.
De hecho, sucesos trágicos como los de Heysel, entre otros, en los que fallaron dramáticamente las medidas de seguridad, obligaron a recapacitar en Glasgow sobre esa pretensión de acumular aficionados en las gradas, en busca de nuevos récords de asistencia.
Así, desde la década de los años noventa del pasado siglo, se terminaron las remodelaciones del recinto, con una remodelación a fondo que modificó las instalaciones en gran medida, modernizándolas y haciéndolas más funcionales.
En la historia de Hampden Park, hay que reseñar, asimismo, las finales de las Copa de Europa de 1960, 1976 y 2002, sin olvidar que es la sede de la selección escocesa de fútbol y rugby, y que en 2012 será sede de fútbol de los Juegos Olímpicos de Londres.
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