Milan está a 33 puntos del líder en la Liga italiana y no gana el título de la Serie A desde hace tres temporadas.
Liverpool terminó a 21 unidades del Manchester United en la Premier y su último campeonato inglés se remonta a 1990.
Pero hoy se verán las caras en la final de la Champions League, dándole un inadecuado nombre al partido en Atenas.
No es culpa de estos equipos, sino de que el torneo lleva mal puesto el nombre. No es una Liga y no está garantizado que un campeón la ganará. Para un torneo que cambió de formato repetidamente en los últimos años, la mejor denominación sería "La Copa de Campeones y Los Casi Campeones".
Cuando el máximo torneo a nivel de clubes en Europa debutó en 1995, su nombre fue la Copa de Europa e involucró a los ganadores de las principales Ligas del continente. Así de sencillo. Al dispararse el prestigio y el interés de la televisión, la UEFA decidió retocar el formato al introducir en los octavos de final una fase de cuatro grupos con 16 equipos para posteriormente retomar la fórmula de la eliminación directa. Pero ese sistema dejaba abierta la posibilidad de que algunos de los grandes clubes fuesen eliminados en las rondas iniciales y eso no era del gusto de las cadenas de TV.
La UEFA encaró un problema serio en los 90 cuando los pesos pesados del continente, principalmente en Italia, España, Inglaterra y Alemania, se manifestaron disconformes por el monto de dinero que recibían por los derechos de televisión y comercialización. Algunos amenazaron con crear un torneo aparte. Una salida en masa de esos equipos le hubiese quitado todo el valor al certamen. Así que la UEFA esbozó una alternativa para satisfacer a los grandes. Fue así que el torneo se armó de una manera que los campeones pasaran directamente a una fase de grupos y jugaran como mínimo seis lucrativos partidos antes de la etapa de eliminación directa.
Pero la UEFA no se detuvo ahí. No sólo los campeones nacionales de las grandes ligas se clasifican a la Liga de Campeones, sino también los segundos. Y luego se añadió a los terceros y cuartos, sorteando primero una fase preliminar.
Los campeones de Dinamarca, Suecia, Polonia y la República Checa se vieron perjudicados por el proceso de preclasificación al estar obligados a enfrentar a equipos de alto nivel en las rondas iniciales. Esos clubes de España, Inglaterra e Italia avanzan sin sobresaltos.
Un repaso a los 16 conjuntos que se clasificaron a los octavos de final de la presente edicion, confirma lo desproporcionado de la situación. Inglaterra tuvo a cuatro equipos en carrera, mientras que España e Italia contaron con tres cada uno.
¿Qué dicen los protagonistas?... los entrenadores tienen diversos puntos de vista en cuanto al mérito de ganar el torneo local en comparación a la Liga de Campeones. "La tradición de nuestro club en Europa cuenta", dijo Carlo Ancelotti, del Milan. "La Liga de Campeones es lo más importante".
Pero Alex Ferguson (Manchester United), Arsene Wenger (Arsenal) y José Mourinho (Chelsea) dan preponderancia a la Premier porque es más difícil de ganar.
Por algo será que el actual presidente de la UEFA, Michel Platini, se ha mostrado partidario de reducir a tres la cantidad de representantes de las grandes ligas, en vez de cuatro, para que los campeones de los torneos más modestos tengan más posibilidades de avanzar a las rondas decisivas.
Milan y Liverpool no estarían en la final de hoy si el torneo fuese reservado sólo para campeones, a pesar de que los italianos han ganado seis veces el título europeo y los ingleses lo han hecho en cinco oportunidades.
Uno de ellos se proclamará campeón de Europa y además se embolsara cerca de 100 millones de euros en concepto de beneficios financieros y comerciales, sin contar los premios de la UEFA.
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