Estados Unidos, donde el fútbol sigue siendo un deporte de minorías, fue sede de un Mundial por primera vez en 1994. En aquella ocasión los 52 partidos del campeonato mundial atrajeron a los estadios unos 3,6 millones de espectadores, con un promedio de 69.000 aficionados por partido, ambas cifras sin precedentes en Estados Unidos.
El fútbol, escribió Obama a Blatter, "unía a los niños de mi barrio. Como padre, he visto el mismo espíritu de unidad vibrante en las canchas en las que jugaron mis propias hijas en Chicago". "El fútbol es, realmente, el deporte del mundo y la Copa Mundial promueve la camaradería y la competencia amistosa en todo el planeta", añadió en su carta Obama, según los diarios "The New York Times" y "The Chicago Tribune".
El comité ejecutivo de la FIFA tomará su decisión sobre las sedes para las copas de 2018 y 2022 en diciembre de 2010. Entre los favoritos para obtener la sede de 2018 están Inglaterra, y España y Portugal que han hecho la solicitud de manera conjunta. A Estados Unidos se le considera como sede favorita para el campeonato de cuatro años después.
La popularidad del fútbol en todo el mundo y lo que Obama describió como el "espíritu de unidad" en ese deporte "es lo que hace que esta solicitud sea mucho más que un asunto deportivo". "Estados Unidos invita al mundo a congregarse en nuestra gran nación para una celebración de nuestras esperanzas y sueños comunes", agregó. En la puja por las sedes de 2018 y 2022 figuran también Australia, Indonesia, México, Rusia y Japón, y una oferta compartida de Holanda y Bélgica. Por su parte Corea del Sur y Qatar han presentado su propuesta solo para 2022.
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