El tanto del ariete ghanés, unas de las revelaciones de la cita mundialista, abortó el orgullo norteamericano, que igualó el tanto inicial por medio de su mejor jugador, Landon Donovan, que transformó un penalti mediado la segunda parte. Sin embargo, Ghana, único superviviente del continente negro, consiguió sobreponerse y sellar el triunfo.
En el primer Mundial celebrado en suelo africano, la esperanza africana será Ghana, sin duda la que mejor cara ha mostrado durante la fase de grupos. Los de Milovan Rajevac igualan la mejor actuación de una selección africana en un Mundial, tras Camerún en 1990 y Senegal en 2002, que también alcanzaron los cuartos.
A los de Bradley sólo se les puede reprochar su desidia durante el primer acto. Después de lograr una clasificación milagrosa en el último minuto del tercer partido ante Argelia, lo americanos salieron al césped del Royal Bafokeng sin tensión, como si ya estuviera todo hecho.
Sin embargo, enfrente se encontraron a un conjunto aguerrido, crecido en el escenario perfecto. El monólogo empezó pronto. En el minuto seis, Boateng batió por bajo a Howard y mandó un aviso, iban en serio. Lejos de amilanarse y encerrarse por la ventaja en el marcador, Ghana siguió mandando.
El dominio ghanés durante el primer acto fue total, sólo salpicado por una gran ocasión de los 'yankees', que Kingson, estelar durante todo el choque, abortó. Antes del descanso, su homólogo en el marco rival también evitó el segundo, y mando a los suyos a los vestuarios con la sensación de que el marcador era la mejor noticia.
Tras la reanudación, Estados Unidos salió con la firme idea de lavar su imagen, nada acorde con la que éste equipo puede dar. Y es que en un país donde el fútbol americano, el béisbol y el baloncesto los son todo, esta generación de futbolistas ha conseguido llamar la atención en las fronteras de la primera potencia mundial.
Un carrusel de ocasiones ser cernió sobre la meta del portero ghanés, impecable durante todo el choque. Pero cuando se llevaba una hora de partido, una gran jugada individual de Dempsey acabó con el del Fulham derribado en el área. El árbitro señaló la pena máxima y Donovan no perdonó con una ejecución ajustadísima.
Lejos de espolearles, el tanto volvió a sentar como un somnífero en el estado anímico americano. Como el guerrero que equilibra una batalla y no hace más por derrotar definitivamente a su enemigo. Así, y con los dos equipos firmando la prórroga, se llegó al inevitable tiempo extra, donde apareció Gyan.
El delantero del Rennes es un especialista en aprovechar la mínima ocasión y convertirla en oro. Tras marcar dos penaltis ante Serbia y Australia, Gyan convirtió un pelotazo de su defensa en el milagro, en la confirmación de que el fútbol africano sigue creciendo, en esperanza.
No hubo tiempo para más y las baldías acometidas de los de Bradley fueron saldadas con suficiencia por la defensa ghanesa, incapaz de dejar escapar este sueño. Por primera vez en su historia están en cuartos de final. Ahora les espera Uruguay en los cuartos.
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