Así todo el conjunto asiático no tiró la toalla y estuvo hasta el último minuto buscando la gloria por segunda vez en su historia. Pero un fallo de su portero a poco de comenzar el encuentro y el posterior golazo de Suárez tras haber empatado el partido no fueron suficientes.
Desde el inicio del encuentro, los nervios hacían acto de presencia en la selección coreana. A pesar de tener la primera ocasión clara con un tiro al palo de falta directa de Chu-Joung, se encontraron pronto por detrás en el marcador con un clamoroso fallo del portero asiático Sung- Ryong. Diego Forlán centró al área y una mala salida suya hizo que el Luis Suárez rematase a placer en el segundo palo. Un gol que daba tranquilidad a los de Tabárez y les encarrilaba a los cuartos de final de nuevo 44 años después.
Los coreanos seguían con su juego rápido y directo que tan buen resultado les ha dado en este Mundial, pero no eran capaces de pasar la barrera defensiva de los uruguayos. Mientras los charrúas inquietaban una y otra vez a la insegura defensa coreana y sería de nuevo Suárez a pase de Forlán quien tuviese con un cabezazo el segundo para los sudamericanos.
Justo antes del descanso de nuevo Uruguay pudo sentenciar la eliminatoria si el colegiado alemán Wolfgang Stark llega a pitar una clara mano del defensa coreano Sung- Yueng, tras el disparo de Suárez.
Tras el paso por vestuarios, la selección coreana cambió el sino del partido y adelantó sus líneas. En poco más de 10 minutos, los asiáticos disfrutaron de tres claras ocasiones para empatar el partido. Mientras los uruguayos parecían conformes con el resultado y esperaban en su campo aferrándose a su espléndida defensa, que no había recibido un sólo gol en lo que va de campeonato.
Pasaban los minutos y la tónica sudamericana continuaba, ya lo dijo Tabárez en la previa del partido. " Defender bien no es un crimen, es una virtud". Pero su premisa no funcionó, defendían, pero Corea llegaba al área de Muslera una y otra vez.
Y como dicta los cánones del fútbol, Corea encontró su recompensa al buen juego y las ocasiones, con un testarazo de Chung Yong tras saque de falta. Un gol que hacia justicia.
El cansancio era latente en ambos conjuntos que no conseguían materializar sus ocasiones. Entonces llegó la calidad de uno de los mejores jugadores del partido, el Luis Suárez se sacó un disparo al borde del área que sorprendió a Sung-Ryong y conseguía así adelantar a los sudamericanos a 10 minutos del final. Un tanto que acercaba a los de Tábarez a la siguiente eliminatoria.
Así todo, los coreanos tuvieron de nuevo el empate en sus botas. Lee Dong Gook en un mano a mano frente Muslera le pegó mal y Lugano sacó el balón en la línea de gol.
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