(As) Era tan poco secreto que a nadie le sorprendió ver ayer a Fernando por La Rosaleda. Es su casa. O al menos lo será las próximas cuatro temporadas (hasta la 2011-12), tiempo que figura en el contrato que el delantero de la tierra firmó junto a Fernando Sanz, Tapia, Sandro y Ricardo Rodríguez. Fernando Miguel Fernández Escribano (2-6-1979, Málaga) rubricó en una ajetreada mañana en Martiricos un sueño declarado, el de volver a trabajar defendiendo sus colores.
Su fichaje, por otra parte, no se puede considerar como uno más. El acuerdo con el futbolista representa la política que ha adoptado el Málaga en este regreso a Primera División. Porque, en una balanza en la que se contraponen el coste cero con la calidad y el compromiso, Fernando supone el equilibrio perfecto. A sus 29 años recién cumplidos, el malagueño acumula una dilatada experiencia en la categoría, un saco de goles a sus espaldas y la necesidad de un nuevo reto tras un final de ciclo algo apagado en el Betis. El proyecto de Tapia se lo ofrece.
Por eso, la reunión definitiva que mantuvo el malagueño con los directivos apenas duró una hora. Le recibió Sandro, cicerone oficial de todo recién llegado en esta campaña 2008-09, para acompañarle hasta las oficinas del club. Y se fue solo, tras poco más de 50 minutos de conversación con sus nuevos jefes y con un contrato bajo el brazo. No hizo declaraciones porque todavía no se siente protagonista, pero el suyo quizás sea el fichaje que más ilusión ha transmitido a la afición blanquiazul.
Tras su incorporación, tienen que llegar más atacantes. Fernando formará la pareja titular junto a Baha, pero las ausencias de Salva, Peragón e Iván Rosado obligan a la dirección deportiva a moverse en busca de refuerzos. Un '9' de garantías y otro delantero para la competencia, los deseados.
Su fichaje, por otra parte, no se puede considerar como uno más. El acuerdo con el futbolista representa la política que ha adoptado el Málaga en este regreso a Primera División. Porque, en una balanza en la que se contraponen el coste cero con la calidad y el compromiso, Fernando supone el equilibrio perfecto. A sus 29 años recién cumplidos, el malagueño acumula una dilatada experiencia en la categoría, un saco de goles a sus espaldas y la necesidad de un nuevo reto tras un final de ciclo algo apagado en el Betis. El proyecto de Tapia se lo ofrece.
Por eso, la reunión definitiva que mantuvo el malagueño con los directivos apenas duró una hora. Le recibió Sandro, cicerone oficial de todo recién llegado en esta campaña 2008-09, para acompañarle hasta las oficinas del club. Y se fue solo, tras poco más de 50 minutos de conversación con sus nuevos jefes y con un contrato bajo el brazo. No hizo declaraciones porque todavía no se siente protagonista, pero el suyo quizás sea el fichaje que más ilusión ha transmitido a la afición blanquiazul.
Tras su incorporación, tienen que llegar más atacantes. Fernando formará la pareja titular junto a Baha, pero las ausencias de Salva, Peragón e Iván Rosado obligan a la dirección deportiva a moverse en busca de refuerzos. Un '9' de garantías y otro delantero para la competencia, los deseados.
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