(Marca) La Güizamanía desatada entre los aficionados del Fenerbahçe sigue escalando hasta unos límites que ni siquiera Dani se cree. Toda una pasión turca. El Pichichi debutó el sábado con la camiseta de los 'canarios' y sólo tardó ocho minutos en clavar su primera flecha. Lo hizo en el tercer partido de Aragonés al frente de los de Estambul, que acabó con 1-1 (tercer empate consecutivo) ante el Dynamo Ceske Budejovice. Esta vez no hubo arquero. Ya había descartado inaugurar su celebración al ser un amistoso. Se está reservando para la previa de la Champions.
Antes del partido, una parte de la grada del Kufstein Arena, donde se encontraban los hinchas más fogosos, comenzaron a corear ‘Güiza olé, Güiza olé’. En cuanto acabaron el cántico, lo remataron haciendo el arquero (en turco, ‘okçu’). Antes de marcar, el ex mallorquinista fue objeto de un claro penalti que el árbitro no vio. El estadio, que albergaba a más de 4.000 aficionados, casi todos ellos seguidores del Fener, explotó cuando Güiza remató de cabeza un centro de Gürsoy tras ganar la espalda a su marcador. Se volvieron a repetir los ánimos para el jerezano, al que como dice Nihat, se le ha recibido en Turquía mejor que a nadie. El empate de los checos llegó en el excesivo descuento de la primera mitad. En la segunda parte, el partido se enquistó. Las piernas pesaban (llovía sobre Kufstein). Tras un par de goles anulados en cada portería (uno de ellos al ex atlético Kezman, que está más fuera que dentro), Güiza rozó el segundo con un disparo desde la frontal que se fue por poco. A tres minutos del final, las gradas ya estaban semivacías. El grueso de los seguidores se encontraba en la pista de atletismo a la caza de autógrafos y camisetas. El colegiado pitó una falta soplando con intensidad, los turcos se creyeron que era el final del partido... y estampida. Así que el partido finalizó inacabado. La invasión superó a los 50 miembros de seguridad. Los más avispados volaron al vestuario.
Antes del partido, una parte de la grada del Kufstein Arena, donde se encontraban los hinchas más fogosos, comenzaron a corear ‘Güiza olé, Güiza olé’. En cuanto acabaron el cántico, lo remataron haciendo el arquero (en turco, ‘okçu’). Antes de marcar, el ex mallorquinista fue objeto de un claro penalti que el árbitro no vio. El estadio, que albergaba a más de 4.000 aficionados, casi todos ellos seguidores del Fener, explotó cuando Güiza remató de cabeza un centro de Gürsoy tras ganar la espalda a su marcador. Se volvieron a repetir los ánimos para el jerezano, al que como dice Nihat, se le ha recibido en Turquía mejor que a nadie. El empate de los checos llegó en el excesivo descuento de la primera mitad. En la segunda parte, el partido se enquistó. Las piernas pesaban (llovía sobre Kufstein). Tras un par de goles anulados en cada portería (uno de ellos al ex atlético Kezman, que está más fuera que dentro), Güiza rozó el segundo con un disparo desde la frontal que se fue por poco. A tres minutos del final, las gradas ya estaban semivacías. El grueso de los seguidores se encontraba en la pista de atletismo a la caza de autógrafos y camisetas. El colegiado pitó una falta soplando con intensidad, los turcos se creyeron que era el final del partido... y estampida. Así que el partido finalizó inacabado. La invasión superó a los 50 miembros de seguridad. Los más avispados volaron al vestuario.
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