Saturday, June 21, 2008

Alemania y Turquía se jugarán una plaza en la final

Alemania 3 - 2 Portugal


El primer partido de los cuartos de final, deparó un duelo más que interesante entre dos selecciones con aspiraciones máximas. Alemania llegaba a la cita sin jugar a un nivel demasiado bueno, pero es Alemania y por historia, es un equipo siempre temido y que siempre está en las grandes citas hasta las últimas fases. Portugal, en contra, llegaba como máxima favorita tras un inicio arrollador en esta Eurocopa. Con un juego bonito y vistoso, maravilló en su grupo y se esperaban todavía grandes cosas de Cristiano Ronaldo, el hombre de moda en el mundo del fútbol.
Sin embargo, Alemania apareció en cuartos. Despertó de su letargo y con su clásico juego rocoso y físico controló el partido desde el pitido inicial, poniéndose con un 2-0 en los primeros 25 minutos. Su presión y desgaste a los jugadores creativos lusos hizo desaparecer a muchos de ellos, salvo a Deco, que mantuvo a su selección viva. A pesar de todo, tímida reacción de Portugal que marcaba, acortando distancias antes del descanso.
En la 2ª parte, Alemania siguió fiel a su estilo y en los primeros 20 minutos, Portugal estuvo desaparecida. Tras un nuevo balón a la olla (así fue el segundo gol de Alemania, obra de Klose), Ballack marcaba el 3-1 tras cantada de Ricardo, y aunque en falta, el gol subió al marcador dando mayor tranquilidad a los bávaros. Ya al final de partido, y con una Portugal desarmada, los lusos anotaban el definitivo 3-2.
Croacia 1 (1) - (3) 1 Turquía
(As) Fue una tragicomedia, una agonía, nunca un partido. Y nadie domina el martirio como Turquía, equipo de retales que se alimenta del reloj. Hubo tercer milagro y Croacia murió desangrada ante un Rustu circense en el papel de héroe y villano.
Turquía arrancó el sainete advertida de la advenediza presencia de trescuartistas croatas (Modric, Kranjcar y Rakitic). Sobrepobló el campo rival y ensució el primer pase balcánico.
El caudal de ambos era antagónico: tsunami ante goteo. El fútbol industrial balcánico era sometido por la mortificadora presión turca.


Sin noticias de Rustu, buena cosa para Turquía, la segunda mitad arrancó densa. Pero el meta entró en escena. Se durmió y Olic casi lo rentabiliza. Justificadas las dudas, Croacia atendió las sospechas de Bilic sobre Rustu. Dejó de andar y comenzó a pisar su área al trote. Con Modric siempre pasaba algo. Pero jugaba solo, hasta que llegó la prórroga.
Olía a milagro cuando Modric rebañó un balón a Rustu y asistió a Klasnic. Parecía el fin turco. Error. En la última, Senturk clavó su volea en la escuadra de Pletikosa. El partido moriría en los penaltis. Y allí se fraguó la tragicomedia vienesa. Modric, flor en el basurero, falló. Y el villano Rustu se erigió en héroe. ¡El fútbol, puro teatro!

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