Los de Rafa Benítez se adelantaron al filo del descanso y dispusieron de multitud de ocasiones para aumentar la renta frente a un Chelsea que careció de brillantez en ataque y continuidad en su juego. El Liverpool perdonó demasiado y recibió el castigo en el minuto 94, cuando Riise despejó a su propio marco un centro que no revestía mayor peligro.
El Chelsea se mostró superior durante los primeros minutos. Los hombres de Avram Grant no sólo volvieron a exhibir su habitual solvencia defensiva, sino que se desenvolvieron con mayor comodidad en las posiciones más avanzadas y combinaron con mayor peligro entre los hombres de arriba.
Sin embargo, el Liverpool hizo valer su condición de anfitrión y poco a poco fue ganando presencia sobre el terreno de juego. Fruto de esta nueva situación, los de Rafa Benítez comenzaron a mover el balón en busca de algún hueco en la defensa rival, pero la seriedad atrás del Chelsea impidió en todo momento que el Liverpool llegara al área contraria con el balón controlado.
Tuvo que ser en uno de los escasos despistes de la defensa 'blue', cuando tuviera en sus botas una ocasión inmejorable para inaugurar el marcador. Sin embargo, el ariete madrileño Fernando Torres, que sufrió la dureza de los zagueros rivales, se entretuvo en la definición y su disparo se topó con Peter Cech.
En la siguiente ocasión de gol, el Liverpool no perdonaría. Tras una jugada embarullada, Javier Mascherano logró enviar un pase elevado a la espalda de la defensa contraria y Kuyt, que defendió muy bien su posición, batió por bajo a Cech. De esta forma, los 'reds' consiguieron el premio al asedio protagonizado en la recta final de la primera parte.
Alentado por el tanto, el Liverpool salió volcado al ataque para sentenciar el partido tras la reanudación. Los 'reds' buscaron en el comienzo de la segunda mitad un gol que les pusiera de cara la eliminatoria, pero la insistencia de Babel, que hizo valer su explosividad ante Paulo Ferreira, no encontró la merecida recompensa.
Tardaría en hacerlo el Chelsea, que disfrutó durante el ecuador de la segunda parte de sus mejores ocasiones. Lampard primero y Malouda después dieron los mayores avisos de peligro a un Liverpool que se había ido apagando conforme se acercaba el final del encuentro.
Aún quedaría tiempo para dos detalles de calidad de Steven Gerrard, que pudo sentenciar el encuentro, pero fue el Chelsea quien se encontró con el gol sin apenas buscarlo. Un centro desde la izquierda, que aparentemente tenía controlado la defensa 'red', fue despejado a su propia meta por Riise, que colocó el empate definitivo en el electrónico.
Con el empate a uno definitivo, todo queda abierto para el encuentro de vuelta en Stanford Bridge, donde ambos equipos darán continuidad a la gran igualdad que ha presidido las dos semifinales que han disputado en las tres últimas temporadas.
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