El equipo de Frank Rijkaard estuvo a la altura y tuvo opciones hasta el final, pero de nuevo fue incapaz de marcar un gol, lo que da vida en el fútbol, como en el Camp Nou (0-0) y en sus últimos cuatro encuentros, y quedó apeado en Old Trafford en la que fue su primera derrota del curso en el torneo. Como tantas grandes citas, se resolvió en un detalle de una sola jugada, la que Scholes convirtió en un golazo tras un rechace de Zambrotta.
El partido, intenso, cargado de ritmo, cayó del lado del Manchester a los 14 minutos, cuando, en su primer acercamiento al área rival, logró el primer gol de la eliminatoria. El veterano Paul Scholes, uno de sus líderes, aprovechó un balón que le regaló Zambrotta en la frontal del área, después de que el italiano se lo robase a Cristiano Ronaldo, para convertirlo en un golazo con un disparo a la escuadra, inalcanzable para Valdés.
Los azulgrana habían empezado mandando, con un primer aviso de Messi, y hasta ese momento no habían cedido ni una oportunidad. Sin embargo, el gol rebajó el buen juego del Barça durante un cuarto de hora de dominio del Manchester en que acusó el golpe y los ingleses pudieron sentenciar en un par de ocasiones, la más clara en un disparo del coreano Park, demasiado cruzado, tras una gran acción de Cristiano Ronaldo por la banda izquierda.
Alcanzada la media hora, Valdés volvió a sufrir, esta vez para sacar con una mano un centro de Tévez, al que siguió un cabezazo de Ronaldo que llevó el susto al área del Barcelona, donde Puyol acabó por los suelos tras chocar con Milito en el despeje. Fueron los peores momentos en el primer tiempo de un Barça que logró rehacerse, recuperó el balón y también trenzó jugadas para el gol finalizadas con disparos de Deco, ambos desviados.
El partido, con todo, no tenía un dueño claro, al Barça le faltaba un punto de velocidad en ataque, donde Messi no acababa de desequilibrar y Eto'o estaba desaparecido y, de nuevo el United, justo antes del descanso, tuvo el gol de la sentencia. Park, soberbio durante toda la noche, sirvió un centro magnífico al área para Nani, aunque el joven delantero luso, la novedad del once local, cabeceó fuera en la primera de las ocasiones que marró.
Nani tuvo otras dos durante el primer cuarto de hora de la reanudación, la primera en un remate en el área pequeña tras recibir de Cristiano Ronaldo y la segunda, en una extraordinaria jugada personal en que arrancó en su campo, tiró una pared con su compatriota y bailó a Abidal antes de lanzar fuera en su tiro a puerta. En esos minutos, Tévez también tuvo el 2-0, pero Valdés atajó el disparo del argentino desde la izquierda.
El Barcelona, pese a sufrir las ofensivas de los ingleses, no perdió en ningún momento la iniciativa del juego ni la presión al rival, liderado principalmente por Deco, y fue recuperando el control hasta empezar a acorralar al Manchester. Rijkaard optó entonces por sacrificar a Iniesta para confiar en Henry y se atrevió a sentar a Eto'o para dar entrada a Bojan, mientras Ferguson recurría a Giggs y a Fletcher en lugar de Nani y Scholes.
La esperanza seguía viva para el Barcelona al adentrarse en el tramo final y fue cuando Messi quiso apoderarse del partido. El argentino, pese a sus limitaciones físicas en los arranques al comienzo, se entregó en busca de todos los balones. También Henry se ganó protagonismo y tuvo un remate para el empate a un cuarto de hora del final en un córner, pero fue a las manos de Van der Sar, que también detuvo un tiro del francés poco después.
El partido acabó de romperse en los últimos minutos, con un Barça volcado a por la igualada y un rival que ya miraba el reloj, mientras la hinchada inglesa ya festejaba su viaje a Moscú, donde buscará por su tercera Copa de Europa. Lo mismo pretendía el Barça que acabó con todas sus ilusiones en Old Trafford, escenario seguramente del punto y final de un proyecto iniciado hace cinco años que le ha dado una 'Champions' y dos Ligas.
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