Los portugueses le ganaron la pulseada a Boca, que había ofrecido 6,5 millones de dólares. "Estaba ilusionado con jugar el torneo para Central, pero esto le va a servir al club para pagar todo lo que se debe. Ojalá que esta vez no se roben la plata", tiró el zurdo.
A Di María lo esperaban con ansiedad. El volante era un nombre puesto para desequilibrar en ofensiva. Antes del Mundial de Canadá se lo habían ofrecido a Boca por 4 millones de dólares. Pero las cosas cambiaron después de la consagración en el Sub 20. Entonces los Xeneizes presionaban a la jueza Liliana Giorgetti, que lleva la causa por el concurso de acreedores del Canalla. "Por esa cifra no se vende al mercado local", dijo Pablo Scarabino, quien ya tenía una carta fuerte bajo la manga... si, otro pichon de crack que vuela prematuramente a tierras de la vieja Europa.
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