(EP) El Getafe se impuso al Mallorca (1-0) en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey disputado hoy en el Coliseum Alfonso Pérez, donde los locales fueron muy superiores a su rival, que, con muchos cambios en el once, apenas creó problemas al equipo azulón, justo vencedor del encuentro.
Comenzó el partido con un Getafe más convencido que el Mallorca, buscando controlar el balón frente a un equipo que apenas inquietó la meta rival en la primera mitad. Durante los primeros compases, el juego estuvo muy repartido y sin ocasiones de importancia para ambos conjuntos. Sin embargo, con el paso de los minutos los de Michael Laudrup fueron soltándose y se hicieron dueños del encuentro.
Los locales, apoyados en su banda izquierda, por donde se movieron con mucho peligro Licht y Gavilán, comenzaron a disfrutar de las mejores oportunidades, basándose en un ritmo muy rápido que les permitía llegar al área bermellona con velocidad. Sin embargo, a los azulones les faltó una referencia en ataque y las buenas internadas de sus jugadores de banda terminaban siempre en fáciles despejes de los centrales mallorquines o en saque de esquina.
Así ocurrió en el minuto 17, cuando el ex del Valencia Gavilán alcanzó línea de fondo para ceder atrás a un Braulio que no llegó a rematar. Minutos después, un saque de esquina botado por Albín fue rematado fuera por Granero, muy voluntarioso durante la primera parte.
El Mallorca, aunque lo intentaba al contragolpe, no podía deshacerse del vendaval local, que mereció irse al descanso con ventaja en el marcador. A punto estuvo de llegar, con una buena jugada de Albín que terminó en un lanzamiento desviado.
Tras el descanso, el Getafe salió a por todas, consciente de que visto lo ocurrido en los primeros 45 minutos podía llevarse el partido. Braulio tuvo el 1-0 a los tres minutos de la reanudación en un mano a mano con Lux, pero marró la oportunidad de abrir la ventaja de los suyos.
El ansiado gol llegó unos minutos después en una jugada a balón parado. Gavilán puso un buen centro a pierna cambiada y De la Red remató el balón en el segundo palo, con la fortuna de que Pereyra, en su intento de despeje, introdujo la pelota en su portería.
Por su parte, el Valencia se impuso también por la mínima diferencia al Atlético de Madrid, al vencerlo 1-0, ante 44.000 espectadores, en el primer choque de su eliminatoria pero dejó escapar una buena oportunidad de dejar encarrilado su pase a las semifinales, ya que se mostró superior pero sin acierto en la pegada ante un rival que jugó 65 minutos con un futbolista menos.
Con la novedad del joven holandés recientemente fichado Hedwiges Maduro en el banco, el Valencia arrancó algo atenazado por los nervios ante un Atlético plagado de bajas y que le presionaba muy arriba.
Sin un dominador claro, los acercamientos a las áreas eran más a balón parado que en jugadas trenzadas y de hecho, al cuarto de hora llegó una buena ocasión del Valencia en un lanzamiento directo de falta de David Villa que repelió el travesaño.
Y poco después, otra vez Villa levantó a la grada con otro lanzamiento directo que se le escapó a Ismael Falcón y que fue desviado a córner 'in extremis' por un defensor. El Valencia comenzaba a controlar.
El partido era típico copero, bronco y con numerosas faltas y aunque comenzó permisivo, Clos Gómez sacó su fusil tarjetero y en apenas unos minutos había sacado seis amarillas y había expulsado al atlético Thiago Motta, que en dos minutos vio una cartulina por una reyerta con Marco Caneira en su área y otra por una dura entrada a Villa.
Con inferioridad numérica y ante un rival crecido, los nervios afloraron en el Atlético, que superada la media hora vio como un disparo seco de David Silva, que aprovechó una dejada 'perfecta' de Pablo tras un córner, se coló en su arco para hacer justicia al mayor ímpetu valencianista.
El gol avivó al Valencia, que buscaba la sentencia ante un Atlético tocado por el devenir del encuentro y que apenas inquietó hasta el descanso el arco defendido por el alemán Timo Hildebrand.
Arrancó la segunda parte con la misma pinta pero pronto el Valencia tuvo un contratiempo en la lesión de Rubén Baraja, que sufrió un pinchazo y 'obligó' al debut de Maduro como valencianista.
El partido iba en una única dirección: hacia el área de Falcón pero el Valencia no remataba la faena ante el equipo de Javier Aguirre, que dio entrada a Diego Forlán tras el descanso para reactivar la parcela ofensiva de su equipo.
Pero el protagonismo era para el tándem Vicente-Villa que protagonizó las mejores jugadas, encaraban, recortaban, se colgaban balones, disparaban de lejos pero no encontraron el camino del gol.
El Atlético había cedido el dominio el Valencia y, menos descompuesto de lo que podría parecer, buscaba su oportunidad a la contra, pero sin éxito mientras que los pupilos de Koeman habían perdido algo de fluidez.
Tampoco los locales disfrutaron de pegada en este período y el partido llegó a su fin con la sensación en el Valencia de haber desperdiciado una buena ocasión para 'matar' al Atlético.
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