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El rotativo indicó que tras el encuentro que los jugadores checos perdieron por 1-2, se emborracharon e invitaron a prostitutas al Hotel Praha, donde la selección se encontraba concentrada. "La fiesta se desarrolló de manera poco apta, pero estas informaciones no concuerdan con la realidad", aseguró Lukas Tucek, portavoz de la selección. Ni el propio Ujfalusi ni el capitán Tomas Rosicky admitieron las informaciones del diario, supuestamente calumniosas, aunque si reconocieron el descontrol que se produjo durante la fiesta.
"Merecemos este castigo. Pedimos disculpas. Nos duele mucho, sobre todo por el equipo de realización y el entrenador", señaló Rosicky, quien milita en las filas del Arsenal londinense. Tucek indicó que no se ha considerado eliminar a ningún jugador de la convocatoria para el próximo encuentro del miércoles frente a Chipre. El técnico, Karel Brückner, declaró este lunes que llegó a considerar su propia dimisión tras el incidente del sábado y calificó esa falta de disciplina como "algo imperdonable", y algo que no había experimentado en sus largos años de carrera futbolística. Declaró asimismo que cambiará de hotel para las próximas concentraciones, y dejó entreabierta la posibilidad de nuevas medidas tras el encuentro del miércoles.
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