(Efe) Bastaron cinco minutos del genial Robinho para que lograra una amplia victoria de Brasil por 3-0 frente a Chile, que hasta cerca del final del partido tuvo la cosa bastante controlada. Pero entre el minuto 83 y el 88 el técnico delantero del Real Madrid demostró por qué es considerado uno de los mejores del mundo y agregó dos goles de alta calidad, que sumó al del penalti marcado en el primer tiempo.
El partido tuvo un inicio de muy poca intensidad, con ambos equipos jugando el balón de manera lateral, casi sin profundidad y cuidando sus energías debido a la alta temperatura en el campo de juego, superior a los 30 grados. Cuando el juego de Brasil se limitaba a escasos intentos de Robinho, mostrando su destreza individual para buscar espacios dentro de la nutrida defensa chilena integrada por cinco futbolistas, llegó una jugada dentro del área (m.35) que el colegiado paraguayo, Carlos Torres, sancionó como penalti, muy protestado por los dirigidos por Nelson Acosta.
El defensa chileno Miguel Riffo empujó al brasileño Vagner Love cuando iba a buscar un centro. El lanzamiento de Robinho, fuerte y bajo al poste derecho de la portería chilena, estuvo cerca de ser detenido por el portero Claudio Bravo.
Chile salió un poco más, no demasiado, de su defensa y en un centro el defensa Riffo, que se fue a la ofensiva, llegó sin marca alguna al área de Brasil pero su golpe de cabeza, sin rivales a la vista y a siete metros de la portería fue débil y a las manos del portero brasileño.
El comienzo de la segunda mitad fue de pocas jugadas de riesgo. Sin embargo cuando promediaba la segunda mitad Chile desperdició el empate. Valdivia envió un balón largo y profundo para Suazo, este eludió en la misma jugada a dos defensas brasileños y dos veces al portero, buscando el mejor ángulo de tiro, pero entre tantas fintas "se olvidó" de rematar y cuando por fin lo hizo sacó un tiro débil, sin portero a la vista, y que rechazó Mineiro casi sobre la línea de gol.
Suazo fue el héroe en el partido frente a Ecuador, y marcó dos de los tres goles de su equipo, pero en esta jugada falló una preciosa oportunidad. Poco después apareció el show de Robinho.
Primero recogió un paso cruzado y en profundidad dentro del área para rematar suave y por encima del portero Bravo (m.83) y marcar el segundo gol y cinco minutos después llegó la obra cumbre. Esta vez el delantero del Real Madrid recibió un pase largo en el medio campo chileno, eludió un rival, dejó desairado al segundo y tiró bajo y colocado para que el balón ingresara junto al poste izquierdo de la portería. Fue un precioso gol.
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