Wednesday, May 14, 2008

Cuatro equipos, tres finales, una plaza

Probablemente no haya drama más doloroso en el fútbol como jugar para no descender. Sin embargo, a pesar de saber que es el peor castigo que un equipo y una afición puedan recibir, la lucha por el descenso suele estar ecplipsada por la larga sombra que la lucha por el campeonato de Liga desprende cada jornada. Sin embargo, cuando la mediocridad de una temporada provoca que el campeón de facto se supiera tiempo atrás, la lucha por el descenso, de repente, cobra un protagonismo inusitado y es entonces cuando, si somos aficionados de otros equipos, miramos hacia abajo y comprobamos cómo efectivamente, por muy mal que le haya ido a nuestro equipo siempre hay situaciones peores. Y así están 14 equipos de primera división. Porque dos están descendidos. Y sobretodo, porque cuatro se juegan a vida o muerte la supervivencia en un sólo partido.

Quizá nadie merezca realmente bajar. ¿Quién podría objetivamente afirmar que un equipo merece más que otro quedarse en la máxima categoría del fútbol español? Si partimos de la base de que la objetividad no existe la respuesta es nadie. Y sin embargo ahí está. El descenso existe, es algo real, y el drama te pasa factura cuando en junio todavía no has hecho los deberes. Y nadie en las altas esferas del fútbol se acuerda de eso. O nadie quiere recordarlo. Es la batalla perdida, la gloria robada, la épica olvidada, el mérito frustrado. Salvarse con una plantilla parca de recursos tiene más mérito que ganar la Liga tras haber desmbolsado 200 millones de euros. Pero eso nadie lo recuerda. Y ahí reside parte del drama de los equipos que el próximo fin de semana se juegan la vida en una final.

Son concretamente tres finales, una de ellas aderezada al ser un enfrentamiento directo entre dos candidatos al descenso. Si actualmente hubieramos de señalar a alguien para caer a Segunda División acertaríamos al nombrar al Zaragoza. Aunque suene raro. Aunque a principio de temporada creyéramos que el Zaragoza iba a estar en Uefa o Copa de Europa. Aunque sea el mayor drama que La Romareda haya contemplado jamás. Sin embargo el Zaragoza, como el Valladolid, como el Recreativo y como el Osasuna, se salva ganando. Depende de sí mismo y debería ser suficiente. A fin de cuentas todos dependen de sí mismos gracias al partido que enfrenta a Recre y Valladolid. Ya no vale hacer pronósticos, ya no vale jugar a ser mago. No vale porque son tres finales. Poco importará lo que cada equipo haya hecho cada jornada, poco importará cuanto valga cada plantilla. Es como una final de Copa. Si ganas obtienes la gloria sí o sí, si pierdes no. En el caso del Zaragoza es una final exacta, clavada a cualquiera final de Copa que haya ganado o perdido. Prima la experiencia. El resto se salva si pierde el Zaragoza, pero también lo hace ganando. Más de 27 combinaciones posibles. Agarren el transistor. Asistan al drama de no descender. Probablemente al año que viene no volvamos a recordar que esos equipos se juegan tanto, hasta mediados de mayo, de nuevo.

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